Bromas y seriedades sobre la religión
Quizá como un nuevo homenaje a su autor, TVE nos ofrecerá hoy Sangre sabia, una película que Huston filmó en el año 1979, cuatro años después de haber rodado su filme anterior, El hombre que quiso reinar. Estas dos películas cierran una etapa caracterizada por la filmación sin excesivas pretensiones, pero con inteligencia y sensibilidad de obras literarias afines a su manera de ver las cosas.Si El hombre que quiso reinar es la adaptación, inspiradísima, de un célebre relato de Kipling, Sangre sabia es la versión fidedigna y al mismo tiempo sumamente personal de una novela de Flannery O'Connor. Son películas plenamente hustonianas, que se hallan en la raya invisible que separa las grandes películas de las obras maestras.
Sangre sabia se emite por TVE-2 hoy a las 22
10.
Sangre sabia cuenta la historia de Hazel Motes, que, obsesionado por la religión, agobiado por el recuerdo de su abuelo, tremebundo predicador que amenazaba insistentemente con el castigo eterno, encuentra a un exaltado clérigo ciego al que intenta convencer sin éxito de la necesidad de fundar una iglesia sin Cristo. Es una víctima de su obsesión, pues a la predicación demagógica y dogmática de una Iglesia cristiana opone la Iglesia sin Cristo con la misma furia y vehemencia.
Flannery O'Connor, prematuramente desaparecida, que describió en sus novelas el profundo sur de EE UU, deteniéndose especialmente en el análisis de los sentimientos de culpa y de las cuestiones religiosas, calificó Sangre sabia de "novela cómica de un cristiano a pesar suyo". Y, efectivamente, los rasgos grotescos de los personajes siempre arrastrados por sentimientos irracionales aparecen de la mano de Huston, que sigue paso a paso los caminos de la novela. La irrisión de los actos de los personajes, la pérdida del sentido y de la perspectiva, el fracaso inevitable de empresas desproporcionadas son temas que van desfilando ante nuestros ojos servidos por el espíritu burlón de Huston. Drama y humor, seriedad e ironía, enlazados por una mirada zumbona que lo abarca todo, común a cineasta y novelista. El sentido del filme se refleja en el título, ejemplar, de otro de los libros de O'Connor: Un hombre bueno es difícil de encontrar.
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