Poema filmado

Y el mundo marcha (The crowd, 1928) no sólo es una obra maestra del cine mudo, sino uno de los más hermosos poemas jamás filmados por el hombre sobre el hombre, sobre ese patético ser autodefinido como homo sapiens. Y concretamente sobre ese ser cincunscrito en el marco burdamente optimista de la civilización norteamericana. El sueño americano, las ambiciones, los mesiánicos senderos del tío Sam. Y el mundo marcha arranca con el nacimiento de quien no tardará en ser protagonista de nuestra moderna tragedia. Su familia lo tiene muy claro: este niño llegará lejos, a presidente cuanto menos.Pero los sueños, ya se sabe, se desvanecen. Nuestro protagonista conocerá el amor y el desamor, la felicidad y la desgracia, la muerte y, al final, una leve luz que no es otra cosa que la esperanza, lo último que se pierde.

King Vidor metió en esa moderna película (cada día que pasa más moderna parece) auténtica vida, alegre a veces, aterradora otras, siempre verosímil. Magníficamente interpretada por los hoy tan desconocidos Eleanor Boardman y James Murray, Y el mundo marcha es una tragicomedia cristalina y de admirable sencillez, una de las obras mayores del cine de todos los tiempos que esta noche podrá disfrutarse con el acompañamiento de la excelente banda sonora que Carl Davis compuso recientemente.

Y el mundo marcha a la 1.00 por TVE-1.