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II CAMPEONATOS MUNDIALES DE ATLETISMO

Lewis se clasificó para la final de longitud con un salto de 8,36, y hoy atacará el récord de Beamon

Carl Lewis, estará hoy en la final de salto de longitud. Su rival ostenta el récord mundial; es decir, Bob Beamon, que en 1968 saltó 8,90. Lewis logró ayer, en un discreto salto para lo que él suele hacer, 8,36 metros, la mejor marca del día. Llegó, saltó y se fue. Sólo otros cuatro saltadores lograron la mínima de calificación, 7,95, al primer intento. En la final habrá 17 parcipantes, entre ellos el soviético Robert Emmian, del que dice Ralph Boston: "Si tuviera la velocidad de Lewis, ahora estaría saltando 9,40". Emmian tiene una mejor marca personal de 8,86, por 8,79 de Lewis, pero la consiguió sobre una altitud de 2.000 metros.

La calificación de ayer vino a ser una toma de contacto con la pista en la que hoy Lewis asaltará los 8,90 de Beamon, no el récord mundial que más tiempo ha durado pero sí el más antiguo y también el más mítico. Para clasificarse para la final, que tendrá lugar hoy, había que saltar 7,95.Por primera vez en un concurso de calificación, no hubo repesca. Diecisiete atletas consiguieron pasar. Las mejores marcas fueron 8,36 de Lewis, 8,20 de Myricks y 8,19 de Emmian, estos dos últimos al segundo intento, tras 7,70 y un nulo, respectivamente. Conley entró en la final con 7,99, tras hacer primero 7,57.

Emmian tendría que ser, teóricamente, un gran rival hoy para Lewis. Pero ni siquiera las declaraciones de Boston, antiguo campeón olímpico y plusmarquista mundial -justo desde Owens hasta Beamon-, han servido para animar el duelo. Bostor ha criticado la técnica de salto de Lewis; dice que sus marcas las consigue sólo por su gran velocidad y que si ésta la tuviera Emmian haría ya tiempo que hubiese superado los nueve metros.

Emmian, es cierto, tiene una velocidad muy inferior a la de Léwis, 10.4 contra 9.93 en los 100 metros. Su técnica de salto es totalmente distinta. Mientras él realiza un salto en extensión, el más sencillo, que consiste en en estirar el cuerpo para llegar lo más lejos posible, tras realizar una carrera en la que las piernas golpean el suelo de arriba a abajo por el movimiento de las caderas, Lewis practica el estilo más usual, la tijera, en la que por el aire parece que anda y da dos pasos y medio tras una carrera velocísima.

Más rápido

Lewis está más rápido que nunca, como lo demostró en la final de los 100 metros, y por ello ha de saltar también más lejos que nunca. Sus mejores marcas en longitud son de 8,79 en 1983, 8,79 en 1984 y 8,77 en 1985, años en los que alcanzó unas marcas en 100 metros de 9.97, 9.99 y 9.98, respectivamente. Este año ya ha saltado 8,75 cuando se aproximaba a su mejor forma en los 100 metros, que coincide precisamente en estos momentos cuando los corre en 9.93. Cualquier cálculo que se haga le lleva siempre por encima del récord mundial.

El salto de longitud fue precisamente la especialidad atlética que primero comenzó a practicar Lewis. Tenía 13 años cuando saltó por primera vez. Su marca fue de 5,77 metros. A los 14 saltó 6,01; a los 15, 6,93; a los 16, 7,26; a los 17, 7,57; a los 18, 8,13; a los 19, 8,35, y a los 20, 8,73. A partir de ese año se le dejaron de contabilizar las veces que saltaba menos de 8,50 metros. Para él eso comenzaba a ser una marca normalísima.

Ahora llega a los Mundiales con una mejor marca de 8,75, 11 centímetros menos que la de Emmian, si bien ésta realizada en la altitud de 1.800 metros, en Armenia. Pero éste, a nivel del mar, precisamente en Roma, no ha logrado saltar más de 8,45, marca que Lewis, en las mismas condiciones, ha superado de largo, pues a su mejor marca de 8,75 en Indianápolis la siguen las de 8,66 en Walnut y 8,65 en San José. Hasta Larry Myricks (8,63) y Jaime Jefferson (8,51) llegan a estos campeonatos con mejores marcas personales que Emmian a nivel del mar.

Los 8,35 metros que alcanzó Lewis son los mismos que poseía Ralph Boston cuando Beamon arrasó con su récord en 1968. Boston ha vuelto al escenario de su primer gran éxito, los Juegos Olímpicos de Roma, donde el estadounidense obtuvo una medalla de oro. Su opinión técnica es, por tanto de enorme valor.

Aquella marca todavía es prohibitiva para la mayor parte de los saltadores. A excepción de Lewis, nadie sobrepasa con regularidad los 8,35 metros. Antonio Corgos, plusmarquista español, ha sido finalista en dos Juegos Olímpicos y no ha sido capaz de acercarse al récord de Boston.

Beamon

Beamon apenas se ha dejado ver en los últimos años. Su salto de México acabó prácticamente con su carrera. Compitió algunos años más -formó parte de aquel intento de atletismo profesional que alentó el millonario tejano Lamar Hunt-, le descorazonaba saber que nunca se acercaría a aquella marca, que fue considerada como un récord del año 2.000. Desde su retirada, sus apanciones públicas son muy escasas.

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