María Bravo

Cuando María Bravo comenzó sus clases de canto en el conservatorio ya tenía colgados en la pared de su casa los títulos de solfeo, piano y trompeta. En su familia hay una gran tradición musical. Hija de un arquitecto que toca de oído, tiene dos hermanos violinistas, y el mayor acabó la carrera de piano, aunque no se dedica a la actividad musical. Hace seis años se trasladó a Milán, mediante una beca del Gobierno vasco, para estudiar canto con Roseta Nolli, y ahora considera a Italia como su patria adoptiva.

El debú como cantante lírica llegó en 1984, en la ciudad de Génova, con Simón Bocanegra. A partir de este momento las actuaciones se han sucedido por toda Italia, donde es más conocida que en su propio país, y es la única soprano española que ha actuado en el escenario de La Arena de Verona (Italia). "De momento tengo más posibilidades de trabajar fuera de España, pero si me llaman, vengo con mucho gusto". Este año, María Bravo ha abierto la temporada de ópera de Bilbao, junto con Alfredo Kraus, en Los cuentos de Hoffman, y tiene la próxima temporada llena de proyectos. "En septiembre vuelvo a Verona para representar la ópera bufa La grotte de Troffonio, de Antonio Salieri; después, en el teatro Social, de Mantua, cantaré La Wally, de Alfredo Catalani, y en diciembre iré a Hong Kong. Entre una cosa y otra tengo que grabar un disco con la casa IZ de San Sebastián".María Bravo nació en Portugalete (Vizcaya) y, como todas las grandes divas líricas, mantiene su edad en secreto. Finalizado el bachillerato, comenzó la carrera de peritaje mercantil, que no llegó a concluir, para dedicarse exclusivamente a la música. Consiguió la anulación eclesiástica de su matrimonio, por lo que "en toda documentación, a efectos civiles y religiosos, estoy soltera". Tiene una hija de ocho años, que vive con los abuelos, y que, influenciada por el ambiente familiar, estudia solfeo y toca un poco el violín.

Su vida en Italia transcurre entre el trabajo y el estudio, prefiere la tranquilidad del hogar a la vida social, aunque reconoce que no tuvo ningún problema para adaptarse a la sociedad italiana. "Lo más duro es que he ido siempre sola, el llegar a un país y encontrarte sola. No he recibido ayuda de ningún tipo; económica, sí, pero ayuda moral, no. Generalmente en esta carrera la gente no te ayuda, y menos los compañeros. Cuando estás empezando son todo empujones por ver quién puede llegar antes, y si encima estás en otro país donde no te conoce nadie..., nadie. Lo pasé mal". Mujer combativa y afable, sólo la mentira consigue sacarla de sus casillas. "Tengo un carácter fuerte y muy alegre, con un sentido del humor bárbaro; a veces me río de mí misma para poder seguir adelante".

En el mundo de la lírica no tiene metas marcadas de antemano, ya que piensa que al hacer el trabajo lo mejor posible se puede conseguir un buen nivel. Quisiera ser tan conocida como el personaje lírico Blanca Castaflori, compañera de comic de Tintín. "Me gustaría ser tan famosa como ella, porque está traducida a todos los idiomas y es conocida por gente de todos ¡os países".

El teatro es una de sus grandes aficiones. "Ya de pequeños hacíamos películas de terror en casa, nos disfrazábamos y utilizábamos velas y pasta de dientes roja para hacer la sangre".