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Reportaje:

Li Menghua

Ministro de Deportes y presidente del Comité Olímpico Chino

Su imagen no es la del típico presidente de un comité olímpico nacional, a pesar de que también luce un Rolex de oro. Li Menghua es el máximo dirigente del deporte en la República Popular China, un cargo importante si se tiene en cuenta que desde su despacho de Pekín controla a los 300 millones de chinos que tratan de consolidar los logros de la revolución rebajando marcas o jugando al tenis de mesa. Li Menghua ha dicho en Barcelona, donde se ha interesado por los Juegos Olímpicos de 1992, que cree que el deporte y la política están unidos, pero que no deberían tratarse de la misma forma.

Li Menghua, de 64 años de edad, hizo la revolución en la provincia de Hebei, y no tiene más experiencia deportiva que haber luchado por su país junto a los más jóvenes. Como la mayor parte de los políticos comunistas, sus respuestas son amables, pero casi siempre carecen de contenido porque son frías y tópicas.Así, por ejemplo, Li Menghua, presidente de uno de los comités olímpicos más importantes del mundo, no es capaz de decir cuál es su deporte favorito -"por temor a que los otros se enfaden"- ni contesta a la sencilla pregunta de cuál es el deportista occidental que más admira. Eso sí, explica, ajustándose a la doctrina china, que "me gustan todos los que luchan por mejorar sus marcas".

Su postura sobre el conflicto de las dos Coreas por Seúl 88 no va más allá del "estamos a favor de que Corea del Norte participe en la organización de esos Juegos Olímpicos", y es conciso cuando afirma que "no hemos tomado ninguna decisión sobre el problema coreano".

El Comité Olímpico Internacional reconoció a su país como la auténtica China en 1979, y Pekín decidió participar en Los Ángeles 84, a pesar del boicoteo comunista. "No mezclamos el deporte con la política, y creemos que el deporte debe contribuir a la paz mundial".

Este político afirma que para la República Popular China, ni la Unión Soviética ni Estados Unidos son los enemigos a batir en ningún estadio. "Nosotros no tenemos enemigos deportivos", comenta secamente.

Li Menghua afirma que China aún no ha alcanzado el nivel técnico de sus competidores deportivos, a pesar de las 32 medallas (15 de oro) conseguidas en Califórnia. Para él es positivo que los jóvenes tengan ídolos, yniega que la revolución eclipse la luz de las estrellas del deporte. "En China tratamos de que nuestros mejores atletas tengan todo lo que necesitan", y citó a Zhu Jianhua -plusmarquista mundial de salto de altura en 1984, con 2,39 metros- como un ejemplo.

Para los chinos, según cuenta Li Menghua, el deporte tiene un valor espiritual y social distinto al de Occidente. "Nosotros", comenta, "utilizamos el deporte para consolidar los pilares de la revolución: la agricultura, la industria, la ciencia y la tecnología y la defensa nacional". A pesar de su poder político, Li Menghua aún no está autorizado de una forma oficial a anunciar el interés de su país en la organización de los Juegos Olímpicos del año 2000. Hong Kong sería un buen lugar para realizarlos, pero, según el ministro, "Pekín, sin duda, sería el lugar más apropiado".

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