TVE-1 estrena una serie sobre Mussolini

Sólo un 1 % o 2% de los programas emitidos en Estados Unidos proceden de Europa; la circulación en sentido contrario es, sin embargo, incomparablemente más intensa. Mussolini y yo -que hoy estrena TVE-1- es una coproducción de la RAI con varias televisiones europeas (TVE entre ellas) y la norteamericana Home Box Office (HBO), que intenta acortar algo la desproporción y hacerse inteligible a todos los públicos, los europeos y los del otro lado del Atlántico.

Una producción cercana a los ocho millones de dólares y un reparto de lujo, con, entre otros, Bob Hoskins, Susan Sarandon, Anthony Hopkins, Annie Girardot y Franco Fabrizi son el punto de partida de esta historia que narra la desintegración de la familla Mussolini en los últimos meses de guerra (1943-1945)."Nos interesaba el hombre, y a este hombre le hemos captado entre 1943 y 1945, momento de la derrota. Y ésta nos parece la operación más interesante", declara Alberto Negrín, realizador del telefilme (y autor, en 1978, de Voluntari per destinazione ignota, una crónica de la guerra civil española vista a través de un grupo de italianos del sur enviados a combatir a la Península). Nicola Badaluceo, coautor con Luchino Visconti y Enrico Medioli del argumento y guión de La caída de los dioses, coguionista aquí con Negrín, hace alguna precisión más: "Este plot narrativo me ha hecho volver atrás, a la época de una de mis más brillantes experiencias: La caída de los dioses. También ahora, como entonces, se trataba de contar los conflictos y la desintegración de la gran familia dentro del más vasto marco de los acontecimientos históricos".

Enormes riesgos

El proyecto arrostraba enormes riesgos, pocos de ellos sorteados, según la crítica de uno y otro lado del Atlántico. Los primeros, denunciar las debilidades e inconsistencias de Mussolini y yo (Io e il Duce es su título original) fueron naturalmente los italianos, especialmente sensibles a los términos en que Negrín y Giordano Bruno Guerri (consejero histórico del telefilme y autor de una polémica obra Galeazzo Ciano, que está en el origen del proyecto) han planteado la evocación del traumático período histórico en que se inscribe el drama familiar del dictador. Confusión y falta de espesor, generalizaciones y reservas en la recuperación del tiempo histórico, que hacen el juego, se ha dicho, a la corriente de perdonismo y reconciliación que se está haciendo fuerte en Italia en estos últimos años. Negrín contesta: "Si después de Mussolini y yo aparecieran ( ... ) camisetas con I love Mussolini o I love Edda, etcétera, me cubriré la cabeza de ceniza, me arrepentiré públicamente".Decía un crítico italiano que, sin espesor histórico, las traiciones y tumbos sentimentales de los Mussolini podían convertirse en un Dallas cualquiera. Lo cierto es que la carrera norteamericana de Io e il Duce es muy ilustrativa al respecto.

Programado el 11 de septiembre de 1985 por la HBO, con el título Mussolini: the decline & fall of il Duce, el telefilme de Negrín fue literalmente crucificado por la crítica norteamericana, que coincidió con sus colegas ítalianos en el olor a revisionismo (Variety), y fue más cruel, si cabe, con el apartado de interpretación (Bob Hoskins, se dijo, se parece más a Ed Asner que al dictador italiano) y de concepción global del telefilme.

Mussolini y yo, hoy por TVE-1, a las 21.50.