Tendencia a la baja en la valoración de la coyuntura económica global
La tendencia a la baja en la valoración de la situación económica nacional que se apuntó en marzo se confirma claramente en este segundo trimestre. La opinión de que la situación es mala ha aumentado de un 38% a un 44%. Sin embargo, se mantiene el mismo estado de opinión respecto de las economías domésticas, donde la baja apuntada en el primer trimestre no continúa, e incluso dismuye ligeramente respecto al mes de marzo el porcentaje de los que aseguran que ha ido a peor.Dado que las magnitudes macroeconómicas no han empeorado, sino todo lo contrario, nos hallamos ante un fenómeno que refleja claramente una actitud en el ciudadano muy típica de un período de conflictividad sociolaboral como han sido los últimos meses.
Aunque el sondeo está hecho antes de conocerse los últimos datos oficiales sobre el índice de precios al consumo del mes de junio, con crecimiento cero, que vienen a confirmar la tendencia favorable de las grandes magnitudes económicas, no parece que la opinión hubiese variado sensiblemente, por tratarse, tal y como se ha explicado, de una actitud del ciudadano que no valora estrictamente los datos estadísticos sino la sensación general que percibe. Eso explica también que no empeore la opinión sobre las economías domésticas sobre las que el ciudadano tiene una percepción real e inmediata.
Por una parte, los conflictos generan una conciencia de que las cosas están mal; pero, por otra, las economías familiares no se resienten y la relación ingresos-gastos sigue inalterable. Con todo, los datos sobre vacaciones de verano indican que piensa salir de viaje menos gente este año que el verano pasado (un 34%, frente a un 40% el año pasado; justamente la misma diferencia de seis puntos en que se ha deteriorado la opinión sobre la situación económica nacional). Debe recordarse que un deterioro en la valoración de las economías domésticas se produjo entre el último trimestre de 1986 y el primero de 1987.
Deterioro en el País Vasco
La valoración de la situación económica general es particularmente negativa en algunas de las regiones más pobres, como Extremadura (64%) y Castilla y León (51%), así como en dos de las más ricas: País Vasco (68%) y Madrid (52%).
Debe destacarse el deterioro de la opinión en el País Vasco, donde el juicio negativo ha aumentado en un. 30% en sólo tres meses (del 48% al 68% entre marzo y junio).
La situación de las economías domésticas es más críticamente valorada en estas mismas regiones, pero exceptuado el País Vasco, donde la opinión sobre el particular no se desvía de la media nacional. Una vez más, nos encontramos ante un fenómeno muy marcado de opinión política, en que la situación del conjunto nacional se define de manera mucho más negativa que la de las familias vascas; sin duda, por el efecto no sólo de los conflictos sociales generales, sino también de las peculiares condiciones de la vida política vasca, con su permanente distinción en el discurso político entre los problemas del Estado y los específicamente de Euskadi.
