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EL TOUR

Delgado, cuarto en la general tras los Pirineos

Luis Gómez

Los Pirineos han animado el debate sobre el Tour, pero nada más. Herrera ha recuperado cinco minutos sobre Roche y una diferencia casi similar, sobre los escaladores Delgado y Millar, tres corredores que aún no han decidido atacar, si bien Roche ha sacado muy buen provecho con su sencilla decisión de chupar rueda de Delgado. El español ha dado la impresión de actuar prudentemente en los Pirineos, jugando a colocarse en la general, donde ya es cuarto. Bernard puede considerarse satisfecho en el conjunto de las dos jornadas, mientras que Mottet parece seguir viviendo de las rentas; Fignon se ha hundido, como Madiot, y Zimmermann empieza a estar en la lista de descartados. La etapa la ganó un noruego Lauritzen.

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El Tour, tras las dos etapas pirenaicas, se reduce a cinco aspirantes, Mottet, Bernard, Roche, Delgado y Millar, y a un caballero andante, Lucho Herrera. De lo que haga éste en las seis etapas montañosas que restan, tres de ellas con final en una cima, puede depender todo. Su promedio ha sido de cinco minutos- de ventaja cada dos etapas, luego le queda margen, lo cual quiere decir que la rueda de Herrera es más que interesante. Bernard lo sabe y entra entre los favoritos gracias a esa rueda. Luego, queda una lucha sorda, quién sabe si con el liderato en París en juego, entre Roche, Delgado y Millar, que han llegado juntos en los Pirineos, lo que ha sido, sin duda más beneficioso para Roche que para sus otros dos colegas. La general, en cualquier caso, nunca engaña a estas alturas.No hubo ataque

De Pedro Delgado se esperaba un ataque en Luz Ardiden, y no lo hubo. Es la segunda vez que Delgado deja marchar a Herrera y pierde los beneficios que esa acción entraña. Delgado parece inmerso en el proceso de eliminación que acarrea una prueba como ésta, tan dura, en la que tanto Mottet, como Bernard o el suizo Zimmermann, por no hablar de Fignon, han mostrado ya evidentes signos de debilidad. Bernard llegó a perder en la subida al Aubisque 4.24 minutos, que luego recuperó en el descenso y Mottet ha estado mal, aun cuando los Pirineos, ayer, le beneficiaron con un tiempo lluvioso y frío. Pero el Tour es tan duro que el italiano Saronni, quien abandonó el lunes, dejó impresa una definición casi perfecta: "el Tour obliga a los corredores a correr como las bestias y será la más fuerte de las bestias la que gane".

Así que Delgado, si es que las fuerzas no le han fallado, parece preferir no tomar parte activa, de momento. Ya se sabe que es un corredor de un solo ataque indiscriminado, como también lo es de un mal día. Y lo segundo ha hecho trizas, en ocasiones, lo conseguido en lo primero; pero, también, está registrado que cuando ataca no falla. Y ayer no atacó. Delgado, por sus palabras, confirmó lo último: "Tenía claro llevar la etapa con precaución. La rueda buena no era la de Herrera porque seguirla es correr el riesgo de reventar. Pasé un momento malo durante la subida al Aubisque, pero me limité a vigilar a Mottet y ver cómo iba". Delgado se sintió satisfecho del transcurso de la etapa: "Salió como pensaba".

Imagen opuesta, y no sólo a Delgado, es la de Herrera, pero al colombiano se le resisten los Pirineos a la hora de la victoria. Quizá atacó algo tarde porque habría cazado a Lauritzen si le hubieran puesto algún kilómetro de más. Sus victorias de etapa han llegado siempre en los Alpes, terreno más decisivo que los Pirineos. Herrera, por tanto, cumplió con su papel y es el rey indiscutible de las cumbres, aunque aún esté acosado por el mexicano Alcalá, provisionalmente.

Herrera se limitó ayer a dejar el grupo de notables en el último puerto y lo hizo con facilidad, sin acusar el esfuerzo del día anterior. "Estas cosas se pagan", dice Anquetil en sus comentarios diarios, pero Herrera parece contar con crédito sobrado en la montaña. El colombiano se colocó n listón figurado de 12 minutos de desventaja sobre Roche antes de los Pirineos, que se cumplieron con morbosa exactitud. Ahora, con los Alpes por delante, le quedan 6.37 minutos sobre el irlandés. "No he dejado de pensar en ganar el Tour", dijo, ahora que se ve más eufórico. "Mi enemigo es Delgado", sentenció ante la sorpresa de la concurrencia.

Otro español destacado fue Anselmo Fuerte, que corrió con los grandes y se apoyó en el trabajo del BH, que lanzó antes a Navarro y a Cubino. Echave no pudo hacer más y llegó a 7.45 minutos, mientras que Lejarreta aguantó mejor y sigue subiendo puestos en la general, con el objetivo de entrar entre los 10 primeros. Arroyo se volvió a hundir, a 24.37 minutos del vencedor, lo que hizo declarar a su director, Echávarri (Reynolds): "Ahora sí que lo tengo claro, antes me quedaba una duda". Porque el Reynolds, como el BH, como el Teka, se limitarán a buscar un triunfo de etapa. El Caja Rural aún puede jugar con Lejarreta. ¿Y el Kas? El Kas se queda con cuatro corredores tras el abandono ayer de Lukin. Kelly, tras su retirada, envió un telegrama de apoyo a sus compañeros, que surtió poco efecto. Gastón se retiró ese día ante el gran disgusto de los dueños del equipo, por ejemplo.

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