Sesión comprometida para los vendedores
Los mercados de valores perdieron sus flamantes máximos recién conseguidos ante el aluvión de realizaciones de beneficios y liquidaciones que ha traído la jornada de cierre semanal. Hubo incluso algunos valores que estrenaron el nuevo mecanismo que permite oscilaciones en los cambios hasta del 10%, pero esta vez en sentido descendente, lo que más que dar una idea de la presión del papel, indica la necesidad de retirarse de la posición. De hecho, en los corros que hubieron de repetirse se aprovechó la necesidad de vender de algunos inversores para comprar a bajo precio.Junto a un mercado en plena liquidación semanal, la atención estaba centrada en la posibilidad de una devaluación de la peseta, circunstancia que en otro momento tal vez hubiera tenido una lectura positiva, pero que en pleno viernes descolocaba bastante a los agobiados vendedores que ya tenían bastantes problemas con tratar de encontrar un comprador a un precio no demasiado malo.
El sector bancario fue el que sufrió más las consecuencias de un ambiente escasamente positivo, pues la tendencia alcista se vio frenada por unos restos vendedores muy pequeños. Esta situación era un fiel reflejo del ambiente que en ese momento se respiraba en los patios de operaciones y que al cierre aún no había desaparecido, del todo.
Como siempre que el mercado muestra su lado negativo, los valores eléctricos fueron los encargados de sufrir las consecuencias en primer lugar, con bajas no muy fuertes, pero que ya indicaban la dirección a seguir por el resto. Siderúrgicas y alimentación fueron los grupos que acumularon las mayores bajas, al tiempo que los valores del grupo de químicas daban la sorpresa y se mantenían sin demasiados problemas. El cierre no registraba cambios importantes, manteniéndose aun los altibajos.
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