Los días contados
Los planes de José María Escondrillas estaban claros. Mil novecientos ochenta y siete era el año que marcaba el final de la reestructuración financiera del grupo, tras la crisis de 1982, mientras 1988 se perfilaba como el año de la reestructuración industrial, es decir, el año de la búsqueda de socios tecnológicos extranjeros y de la definición de una estrategia a largo plazo para llevar a la compañía con posibilidades de éxito al año 2000 en condiciones de competitividad.Los recientes acontecimientos con el capital social, sin embargo, parecen indicar que no será Escondrillas quien dirija esas operaciones. Los días del presidente de ERT -un hombre avalado por el éxito de haber pilotado la superación de la crisis financiera- al frente del grupo parecen contados.
El signo más evidente del parón actual de ERT es el estancamiento de las negociaciones con la banca para terminar con el plan de reestructuración firmado en marzo de 1984. El propio Escondrillas se encarga de transmitir lo evidente: "estamos negociando"; "tratamos de negociar"; "no son negociaciones fórmales"; "seguimos pensando y dando vueltas"; "estamos pensando en una oferta en firme". Todo en una misma respuesta.
Gerencia y bancos hablan de prisas en el tema si ERT quiere aprovechar la ventajas fiscales derivadas de dicho plan y que expiran a final de año. Pero nada se mueve. Para muchos bancos, sin embargo, los acuerdos adoptados por la junta sobre ampliaciones de capital -3.500 millones en acciones preferentes, por su valor nominal, para atender costes financieros producidos en 1986, una de ellas- durante este ejercicio constituyen un plan financiero en regla, aunque encubierto. Pero existe un peligro: que los grupos extranjeros dominantes ya engorden su participación ejercitando su derecho preferente de suscripción.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.