Emilio Sánchez perdió ante Wilander en los octavos de final del torneo de Wimbledon
Emilio Sánchez Vicario fue eliminado ayer por el sueco Mats Wilander en los octavos de final del torneo de tenis de Wimbledon. Wilander, tercer cabeza de serie, se impuso por 2-6, 7-6 (7-1), 6-3 y 7-5, en dos horas y 50 minutos. Emilio, el primer español que llegaba tan lejos en este torneo desde Manuel Orantes en 1974, cobrará 10.000 libras (un poco más de dos millones de pesetas), y se asegura una cómoda posición entre los 20 primeros de la ATT para el resto de la temporada. Wilander se enfrentará en cuartos de final al australiano Pat Cash.
La transformación de la personalidad de Emilio Sánchez Vicario para adaptarse al tenis de hierba no fue suficiente para sorprender a Wilander. Emilio ha jugado en Wimbledon como si fuese el cuarto tenista de la saga de los Sánchez Vicario. No se parecía en absoluto al jugador de tierra batida. Un potente primer saque una rápidas subidas a la red, gimnásticas voleas y un excelente movimiento en una superficie que no es la suya, le convirtieron en un rival temible para Wilander, que tuvo que elevar al máximo su nivel de juego para clasificarse, por primera vez, para los cuartos de final de Wimbledon.La primera manga dejó alucinados a los que no habían visto a Emilio hasta ahora. El primero en frotarse los ojos debió ser Wilander. En 39 minutos, el español se apuntó el primer set, por 6-2, tras romper el servicio del sueco en el segundo y octavo Juego. Y conservó su saque con un esquema simplista: primer servicio profundo y esquinado, para volear después al lado contrario. Es el método más sencillo y eficaz, y el que se complica la vida con otro tipo de frivolidades no tiene sitio en Wimbledon. Wilander, además, cometió el error de quedarse atrás demasiado tiempo. Ante los bombarderos americanos, que sólo conocen el idioma del saque y volea, Wilander puede sacar provecho desde el fondo, pero Emilio es un jugador más versátil y, tras dos años, de buenos resultados en los torneos de dobles, ya es capaz de controlar el lenguaje del fondo de la pista y el de la red.
En la segunda manga, Wilander hizo un pequeño ajuste en su política. Apuró más sus servicios, y se fue hacia la red con más agresividad. Sánchez Vicario, relajado por el regalo que significa para él llegar a los octavos de final, aguantó la embestida, pero el partido se le escapó en la muerte súbita (7-1).
La tercera y cuarta manga tuvieron otro color. Emilio estaba cansado, y necesitaba dos voleas para ganar los puntos porque a la primera llegaba con retraso. Aún así, aguantó con su rabia característica y con algunos golpes excelentes. Fue una sorpresa, porque ya se sabe que es tan dificil que haya un jugador español que comprenda este tenis como encontrar un trébol de cuatro hojas. Wilander jugó mejor los puntos decisivos de los tres últimos sets, pero luego fue el que más elogió al español: "No esperaba encontrar tanta resistencia". Wilander se encontrará con Cash, que ayer ganó al francés Forget.
Ayer se terminaron dos de las sorpresas: el australiano Doohan recibió el justo castigo por haber eliminado a Becker ante el yugoslavo Zivonovic, íntimo amigo de Boris, quien le venció por 6-2, 6-4 y 7-6, y el soviético Volkov fue derrotado por el sueco Jarryd, por 7-6, 75, 6-7 y 6-4. El sueco Edberg venció al suizo Hlasek, por 6-3 6-7, 6-1 y 6-4; el francés Leconte ganó al ecuatoriano Gómez por un triple 7-5, y el checo Lendl venció al estadounidense Kriek por 6-3, 7-6 y 6-2.
Pero el gran partido del torneo lo protagonizaron el norteamericano Jimmy Connors y el sueco Michael Perrifords. Connors, a sus 35 años, levantó un partido que tenía perdido: había cedido el primer set por 1-6, el segundo por idéntico tanteo, y perdía en el tercero por 1-4. Connors se superó y aunque acabó con calambres y casi cojo ganó el tercer set, por 7-5, se impuso en los dos últimos por 6-4 y 6-2, y se enfrentará ahora al yugoslavo Zivojinovic.
Los cuartos de final masculinos serán los siguientes: Wilander-Cash, Jarryd-Edberg y Leconte-Lendl. Y en categoría femenina: Navratilova-Balestrat, Evert-Kohde, Shriver-Sukova y Graf-Sabatini.
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