Arturo Moya Moreno

Hace 10 años, un partido de nuevo cuño ganaba las primeras elecciones democráticas. Unión de Centro Democrático no llegó a gobernar 107 años, como aspiraba su presidente, Adolfo Suárez. Desde 1982, muchos de los líderes de la formación centrista dejaron la política activa e iniciaron una reinserción en la vida civil. Arturo Moya Moreno es uno de esos dirigente centristas de la primera época, que 10 años después de aquellos comicios vive en Andalucía dedicado a actividades empresariales y sociales.

Arturo Moya nació en Granada hace 45 años. Desde su propia ciudad participó en diversas actividades de oposición democrática al franquismo; admirador de Dionisio Ridruejo, colaboró con entusiasmo en la creación de un partido de centro bajo las siglas de UCD. "Sólo he pertenecido al Partido Socialdemócrata, hasta que en 1977 se integró en UCD. Luego he dejado totalmente la actividad política, porque me resulta muy difícil recuperar los ideales perdidos en aquella aventura. Para mucha gente de mi generación lo que pasé con UCD nos dejó un sentimiento de frustración. Yo me creí que íbamos a crear un partido y no un simple aparato de poder. Creía en la capacidad de este partido para encabezar una transformación profunda de la sociedad. Por eso tengo muy buenos recuerdos de los años 1977-1979. Para mí es el bienio progresista. Fue grandioso. Se hizo el primer pacto económico social de España y una Constitución acepta da por todos. Pero fracasamos en la configuración de los fundamentos ideológicos y organizativos del partido".Moya fue diputado en las dos primeras legislaturas, consejero del presidente Suárez, secretario de Acción Electoral y subsecretario del entonces todopoderoso,Abril Martorell. "Tengo también buenos recuerdos de mi etapa política. Algunos pueden parecer nimios, pero para mí quizá son los más valiosos. Por ejemplo, nunca olvido el artículo que dedicó Antonio Tovar en las páginas de EL PAÍS a una conferencia mía en el Club Siglo XXI sobre la hora de un gran partido de centro".

Arturo Moya vive en Sevilla, dedicado a la actividad empresarial. Piensa que el beneficio es la garantía de una sociedad sana, libre y progresista. "La sociedad posindustrial en la que entramos genera un cambio profundo en Va actividad profesional de los empresarios. Poe eso lamento el gueto en el que las propias organizaciones empresariales sitúan con demasiada frecuencia a los empresarios en nuestro país. En España hay ahora condiciones sociales y políticas para desarrollar una actividad creativa en el terreno de la iniciativa privada. Las ideas y la capacidad organizativa son claves para el éxito en esta actividad. Los golpes de mano con fortuna han pasado a la historia, y se confunden quienes piensan que la actividad económica camina por ese lado".

El año 1992 se mira en Andalucía con especial preocupación. La oportunidad de la Exposición Universal de Sevilla representa una ocasión privilegiada. "Habría que aprovechar este momento como símbolo para abrir nuestra sociedad e introducir unos factores de cambio que marquen el despegue andaluz. Es una oportunidad única.

Entre sus ocupaciones actuales está también la de presidente de El Correo de Andalucía, periódico decano de Sevilla. "Creo que un grupo de personas hemos salvado una empresa que estaba en quiebra empresarial e informativa mediante una fórmula que ha escandalizado a algunos sectores conservadores, por la mezcla de apoyos que galvanizamos para impedir que desapareciera esta tribuna de prensa".