El CDS se perfila como el beneficiario del desencanto existente entre votantes del PSOE
Las elecciones municipales que se celebran hoy en toda España -terceras desde el restablecimiento de la democracia-, así como los comicios para los Parlamentos de 13 comunidades autónomas -los segundos tras los de 1983-, reflejarán previsiblemente un descenso de votos del PSOE, que, según todos los indicios, beneficiará al Centro Democrático y Social (CDS). El secretario de estudios y programas del PSOE, Enrique Múgica, aseguró ayer, en relación con posibles pactos poselectorales, que "en el PSOE existe más sensibilidad hacia la izquierda que hacia el CDS. Su asimilación a la derecha no es una táctica electoral".
Las elecciones al Parlamento Europeo, en las que al igual que en los comicios municipales podrán votar hoy 28.442.348 personas, según Interior, suponen una prueba decisiva para las perspectivas de futuro de varios grupos y algunos veteranos personajes políticos. La selección de los 60 representantes españoles en la Asamblea de Estrasburgo, por primera vez escogidos directamente a través de las urnas, reproducirá con bastante semejanza el resultado de las elecciones legislativas de hace un año, según han coincidido varios sondeos. No obstante, una presumible peculiaridad de la jornada electoral de hoy es la diversidad de resultados que ofrecerán cada uno de los tres comicios, disparidad que también se producirá entre unas comunidades autónomas y otras, lo que dará oportunidad a la negociación de pactos para gobernar.La presumible pérdida de la mayoría absoluta del PSOE en algunos de los principales ayuntamientos y varias comunidades autónomas supondrá no sólo una restricción de- libertad para gobernar con total discrecionalidad sino también un debilitamiento de algunos de los líderes socialistas regionales más distanciados de Alfonso Guerra.
Si bien la ejecutiva federal del PSOE no ha establecido, al parecer, una estrategia ante la necesidad de llegar a acuerdos poselectorales con otras fuerzas para disponer de una mayoría absoluta en algunas instituciones, el secretario de Estudios y Programas en la dirección del partido, Enrique Múgica, aseguró ayer que "la identificación del CDS con la derecha no es solamente una frase para utilizar en campaña electoral".
"Entre las bases del partido", insistió Múgica, "he notado a lo largo de toda la campaña que existe una sensibilidad hacia la izquierda, que se hará notar en el caso de que haga falta llegar a acuerdos con otras fuerzas".
No obstante, algunos candidatos a importantes alcaldías, como Juan Barranco, que han visto como las encuestas -atribuyen al CDS un grupo de concejales que pueden serles imprescindibles para una mayoría absoluta, se muestran más flexibles y se limitan a aceptar un entendimiento con otros partidos "demócratas y progresistas".
Autonomía centrista
El CDS, y en particular su presidente, Adolfo Suárez, ha asegurado que no desea pactar con el PSOE y ha calificado de infundio la predisposición, que le han atribuido los socialistas, a formar coaliciones de gobierno con Alianza Popular, si bien no está descartada la consecución de acuerdos poselectorales.Una de las comunidades autónomas en que puede concretar un pacto es Castilla y León, donde el CDS prevé obtener su mejor resultado regional- y dondeAlianza,Popular ha iniciado los sondeos para facilitar la negociación entre ambos partidos.
En Alianza Popular, Manuel Fraga ha alentado inás que Antonio Hernández Mancha un posible entendimiento con el CDS, aún expresando su esperanza en que las urnas "castiguen lo que no son sino operaciones personales". El presidente nacional de AP no ha descartado tal posibilidad pero ha subrayado las "veleidades izquierdistas del CDS", y, tras juzgar, que esta actitud hace presumible que Suárez eluda la coincidencia con AP, ha sostenido que, en todo caso, "a quien corresponde tomar la iniciativa negociadora es a la bisagra".
Izquierda Unida, con un previsible escaso avance respecto alas elecciones de hace un año y un retroceso en relación con los votos obtenidos en 1983 por el PCE, verá extendido al ámbito de la coalición un debate que, ante la celebración del Coágreso nacional del PCE en el próximo otoño, estaba previsto para los comunistas.
Santiago Carrillo, que en las legislativas de 1986 no logró ni un solo escaño como diputado en las Cortes se enfrenta hoy al riesgo de sufrir un nuevo descalabro si no consigue una plaza para Estrasburgo; fracaso que neutralizaría su campaña en favor de una reunificación de todas las familias comunistas.
En los extremos opuestos del mapa político, Blas Piñar se expone a ver desaprobada por las urnas su reaparición en la vida pública y Herri Batasuna tiene ante sí el desaflo de mostrar cuanto apoyo tiene sus tesis fuera de Euskadi.
Un reto semejante se le presenta a Euskadiko Ezkerra, que comparece en coalición bajo la denominación Izquierda de los Pueblos, si bien en su caso lo que aparece sometido a comprobación es el respaldo de un nacionalismo progresista cuya presencia había sido reclamada en varias comunidades autónomas.
El PNV, en el seno de la denominada Unión Europeísta, y Eusko Alkartiasuna, dentro de la coalición Por la Europa de los Pueblos, se disputan un puesto de eurodiputado, en un episodio más de su rivalidad en Euskadi.
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