Amor y distancia

Bonito y muy romántico (de Breve encuentro a Enamorarse) el recurso ferroviario como propulsor del frenesí del amor. Estación Termini se sustenta de los mismos pilares. Entre vapores, poéticos silbaltos y legiones de emigrantes que llegan y salen, el amor, vacilante, duda sobre si partir con el tren o quedarse. Decisión que ha de tomar una chica nortearnericana casada y enamorada de muchacho romano. La fugacidad de las bielas girando en su geometría sin fin es una dura llamada a entablar sentido, a tomar partido por la razón o por la pasión.Éste es un melodrama de trazos muy convencionales. Lo rodó Vittorio de Sica en 1954 a partir de un guión de su inseparable Cesare Zavattini y poco después de sus más notorios filmes neorrealistas. Su interés, hoy, puramente histórico, reside por un lado en la colisión entre los postulados más clásicos del cine de género de aromas hollywoodienses y la columna vertebral propia del costumbrismo italiano: cualquier detalle puede cobrar fuerza por la autenticidad de la fauna que puebla una estación como la romana que da título a la película. Jennifer Jones no está aquí tan salvaje como en otras ocasiones y descubre su lado vulnerable, su fragilidad, mientras los ojos derrotados y el rostro indeciso de Montgomery Clift piden nuestra piedad por su mundo roto. Son aspectos nobles que robustecen una obra condenada de antemano al reducto lacrimógeno.

Estación Termini se emite hoy, por TVE-1, a las 22.20.