Lo público y lo privado

I. DE LA F. "A las españolas nos cuesta arrancar. Nos sentimos sobrecargadas profesional y familiarmente para poder dedicarnos a la política", afirma María Dolores Pelayo. "La presión social también juega en contra. A mí, por ejemplo, me preguntan si me ocupo de mis dos hijos. ¿Cómo no voy a ocuparme ... ? Pero ¿es lógico preguntar eso a una candidata?".. La alcaldable socialista asegura que le ha costado trabajo convencer a otras mujeres para ir en la lista.

La alcaldable a Valencia, Carmen Arjona, opina que en España "no hay ninguna mujer, sea o no cargo público, que no sea ama de casa. Es algo que no se puede cambiar de la noche a la mañana". Divorciada y madre de una hija, Arjona cree que no es fácil conseguir "reivindicar a la mujer sin llegar a parecerte a un hombre". Según Arjona, una mujer que quiera ser consecuente y a la vez feliz y tener una pareja tiene que renunciar, con frecuencia, a cosas legítimas". Su segunda, Amparo Ferrando, apostilla: "La mujer no sublima el amor por la política; tenemos muy interiorizado que el amor y el ser madre es responsabilidad nuestra". Como consecuencia, "tienes que cuidar más la relación con tu pareja y poner mucho de tu parte".

Pese a tales afanes, "en una pareja consolidada en la que ella es más conocida pueden surgir problemas de tipo social, que él no reconoce, porque se sentiría miserable, pero que pueden salir a relucir en una discusión absurda por la pasta de dientes o temas parecidos", dice Ferrando.

Charo Muela, candidata del CDS a la alcaldía sevillana, estima que no existen más barreras entre lo privado y lo público que las que uno quiera poner. Casada con un socialista tras haber enviudado del ucedista vasco José Ignacio Ustaráin, asesinado por ETA, Muela se dedica a criticar en los mítines al partido en el que milita su marido y luego, una vez en casa, se las ve cara a cara con él. "Me considero tolerante y ya sabía que era socialista cuando me casé. Los dos somos respetuosos con nuestras ideas".