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Japón destina seis billones de yenes a estimular la demanda interna

El Gobierno japonés aprobó ayer un suplemento al presupuesto nacional por valor de unos seis billones de yenes (5,4 billones de pesetas), para estimular la economía interior, de acuerdo a las peticiones de Estados Unidos y la Comunidad Europea que critican el superávit comercial japonés."Hemos ido más allá de las previsiones", declaró Yasuhiro Nakasone, primer ministro japonés, al presentar el nuevo presupuesto suplementario que debería atenuar las críticas a Japón por parte de los primeros dirigentes de Estados Unidos, Canadá y la CE que participarán en Venecia, del 7 al 10 del próximo mes de junio, a la tradicional cumbre económica de las siete primeras potencias del bloque de países capitalistas.

En principio, el Gobierno había previsto un presupuesto suplementario por valor de cinco billones de yenes. Finalmente, por decisión política del primer ministro Nakasone -y quizá en reacción a los impuestos aplicados por EE UU a Japón, por orden del ciento por ciento de arancel a una serie de productos, junto a las previsiones de que la CE haga otro tanto- se incrementó el presupuesto suplementario en un billón más, hasta llegar a la cifra de seis billones de yenes.

En el nuevo presupuesto suplementario, a gastar antes del final del actual año fiscal, que acaba en marzo de 1987, el Gobierno japonés prevee destinar 4,3 billones de yenes a trabajos públicos.

Apertura financiera

Otros 140.000 millones de yenes serán dedicados a cubrir una lista de productos a importar para el sector público japonés, que incluye desde dos aviones para uso oficial, varios superordenadores, helicópteros, material educativo, equipo para laboratorios e investigación y, entre otros, compra de terrenos en países extranjeros para destinarlo a usos de representaciones japonesas.Unos 700.000 millones de yenes irán destinados a la promoción de construcción de viviendas, otros 250.000 millones para la construcción de carreteras y otros 350.000 millones para la edificación o modernización de escuelas e institutos gubernamentales de investigación.

Los expertos preven que las empresas estadounidenses serán las principales beneficiarias de estas medidas de expansión de la economía interna nipona. Entre otras razones, porque el Gobierno dará preferencia a los productos made in USA en sus compras de material, sobre todo superordenadores y aviones.

Por otra parte, Japón anunció también la apertura progresiva para el acceso a sus mercados financieros por parte de bancos extranjeros, cediendo particularmente a las demandas de Estados Unidos y de la CE por las restricciones y complejas regulaciones que rigen en el mercado japonés de capitales.

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