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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Las entrañas de Wenders

El estado de las cosas, película realizada en 1982 por el ahora de nuevo premiado en Cannes Wini Wenders, nos habla de su propio mundo, el cine, y no en términos complacientes precisamente.De hecho, ésta es la historia de un rodaje (en Portugal, una película que habrá de llamarse The survivors, el remake de la última obra de Allan Dwan, nota cinéfila de envergadura) o, si se prefiere, de sus problemas, de los tiempos muertos de un pequeño equipo a la espera de financiación, ese dinero que tiene que llegar de los americanos y que no llega.

Como se ha dicho, y no sin razón, El estado de las cosas, filmada por las mismas fechas en que Wenders desafiaba una úlcera enlatando, bajo los dólares de Coppola, Hammett, es una venganza, en el fondo estéril, hacia la figura del todopoderoso americano.

Se trata de una confesión en presente, de la visualización de las entrañas de Wenders en un momento concreto de su filmografía.

No quiere decir eso, sin embargo, que el filme esté exento de interés, ya que, aparte estar filmado en un excelente blanco y negro, contiene momentos de mucho interés, detalles laterales sobre el universo del cine, sobre todo aquello que, a excepción de películas como ésta, nunca vemos en la pantalla y que, en definitiva, hace que, a la larga, sorteando dificultades, veamos algo en la pantalla (y el cineasta Samuel Fuller, en el papel de operador, se encarga en este sentido de hacer una lectura, por así decirlo, metafísica del creador y su creación en las probablemente mejores secuencias de la película).

Pero también tiene mucho El estado de las cosas de pataleta y lloriqueo, y por ese lado no creemos que el talante artístico de Wenders hubiera debido llegar a ello.

Un clásico

Quienes para nada llorarían debían ser Compton Bennett y Andrew Marton cuando, en 1950, realizaron la película Las minas del rey Salomón, uno de los incuestionables clásicos del cine de aventuras.Los baños de Deborah Kerr en un río con más cocodrilos que gotas de agua, el porte de Stewart Granger encarnando a Allan Quatermain (personaje hoy retomado por Richard Chamberlain) y el romanticismo de África como espacio cinematográfico son bazas que nunca desaparecerán, y si la novela de Ridder Hagger puede ya verse como un objeto obsoleto, la película seguirá siendo un entretenimiento noble mientras en este mundo existan las pantallas de cine y de televisión.

El estado de las cosas, esta noche a la 1.20 por TVE-1. Las minas del rey Salomón, a las 16.05 por TVE1.

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