Feyni Encina

se cansó un día de las bolas que le contaba el hombre casado que la había dejado embarazada cuando ella tenía sólo 18 años y decidió llamar a su mujer. El hombre casado era Juan Gómez Juanito, el célebre futbolista del Real Madrid, y su mujer, Pilar, con la que tenía dos hijos. La legal se empeñaba en que la otra se convenciera de que sólo era un pasatiempo de su marido -uno más entre otros muchos- y Feyni quería aclarar de una vez por todas si Juanito se iba a divorciar o no, o sea, si ella era la otra, la otra, la que no tenía derecho, porque no tenía un anillo con una fecha por dentro. Las dos mujeres trataron de superar la violencia lógica de la situación y, sin tirarse del moño ni nada, se pusieron de acuerdo en esperar al desaprensivo en su propia casa. Cuando llegó el futbolista puso cara de póquer, forzó una sonrisa y fue bastante escueto: "¡Menuda sorpresa!". Pero ellas impertérritas, le obligaron a definirse: "Bueno, ¿qué vas a hacer? Será mejor que hables claro". Él no decía nada, pero ellas insistieron con el tema. Al final, Juan dijo a su mujer, con la delicadeza de un diplomático: "No puedo arreglar las cosas contigo, porque no te quiero, Pilar". "Si no me quieres, ¿por qué no te vas a vivir con ella definitivamente?", le preguntó la esposa, desafiante. "Porque quiero a mis dos hijos" "De acuerdo, tienes dos hijos pero con ella vas a tener uno", contestó la legítima, que estaba al loro de todo. Sin inmutarse Juan respondió en términos profesionales, como el que enuncia los goles del partido: "Son dos contra uno". La esposa, práctica y doméstica, terció: "Juan, ¿te saco las zapatillas?". Este detalle resultó definitivo. Pilar jugaba en casa y ganó la partida, aunque tan sólo fuera por unos meses Después, se separaron y, en diciembre pasado, Juanito y Feyni contrajeron matrimonio civil en presencia del hijo de ambos, Borja, de forma que es ahora esta nueva compañera la que le saca las zapatillas. Estas escenas se encuentran relatadas, con una sinceridad casi pasmosa, en el libro autobiográfico que ha escrito la actual mujer del jugador, y que se titula precisamente Dos contra uno, en recuerdo de la frase que le hizo pasar, según confesión propia, "los momentos más amargos" de su vida.