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Kissinger considera que el juego del Madrid es elegante, y el de la selección, "duro y a la defensiva.

Rosa Cullell

Es el hincha norteamericano de fútbol. Si no el único, uno de los pocos que prefieren el fútbol al béisbol. Henry Kissinger, ex secretario de Estado de EE UU, que se encuentra de visita en España presenció el pasado domingo, el partido Red Madrid-Mallorca. A Kissinger, el Real equipo del que ya habla como un hícha más, acortando el nombre, le sorprendió: "Juegan maravillosamente, con tanta elegancia ... ". Y "sin querer ofender a nadie", comparó el estilo del equipo blanco con el de la selección: "Es un buen equipo, pero juegan como toreros, con dureza y siempre a la defensivo".

Invitado por la directiva del Real Madrid, Kissinger llegó el pasado domingo al palco del Bernabéu. El Real Madrid se enfrentaba al Mallorca. El político norteamericano esperaba presenciar un partido defensivo, no como los que a él le gustan. Pero quedó sorprendido: "El juego del Real es muy diferente al del equipo nacional español. Los jugadores de su selección son grandes luchadores, su defensa es muy buena y son unos jugadores muy duros". Con el Real fue distinto. Un flechazo: "El Real es tan elegante..., realizan unos pases maravillosos". Kissinger ha elaborado una teoría acerca del fútbol. Para él, las tácticas de las selecciones nacionales reflejan las mentalidades de sus respectivos países. En realidad, dice, aún no tiene una teoría concreta sobre el fútbol español. Pero quizá la haga. Por el momento, explica, " sin querer molestar a nadie" que la selección española juega a la defensiva y sus jugadores son "como toreros, muy duros, pero poco ofensivos".El más conocido hincha norteamericano de fútbol se muestra compasivo: «En realidad, una selección no puede jugar tan a la ofensiva como un equipo particular. Las selecciones se enfrentan a unos oponentes mucho más duros,yo vi los partidos de la selección española contra Dinamarca en la Eurocopa y durante el Mundial de México, y jugó muy bien.

La alegría brasileña

El político norteamericano no puede ocultar su amor por el juego de los brasileños, "mi equipo favorito". Porque, como él ha explicado en sus comentarios, juegan con alegría: "El equipo brasileño, al ataque, parece un grupo de samba en carnaval"; al contrario que los alemanes, a los que ha calificado de "un equipo triste". De ellos ha llegado a decir que «juegan al fútbol de la misma manera que el estado mayor alemán de los ejércitos preparó la última guerra: meticulosamente".Y no le entusiasma el fútbol inglés, "que se ha negado a adaptarse a las técnicas modernas". Sus jugadores, ha dicho, son esclavos de la nostalgia por una época pasada, por las tácticas de antes de la II Guerra Mundial", aunque Kissinger aprecia "el juego muscular de los equipos británicos". Y de los jugadores italianos afirma que son "supervivientes", cuyo juego se basa en ahorrar energías para la tarea principal, que es el gol.

Su jugador favorito no es un brasileño. Para Kissinger, en estos momentos , el mejor jugador es el argentino Maradona. Aunque avisa: "No me he fijado mucho en las tácticas particulares de los jugadores desde el últirno Mundial". Los jugadores argentinos ocupan el segundo lugar en su lista de preferencia, siempre superados por los elegantes cariocas.

Muchas, de las energías del ex secretario de Estado, convertido en asesor económico de lujo, están puestas ahora en conseguir para Estados Unidos el Mundial de 1994. El de 1990 lo organiza Italia. Es posible que Kissinger cumpla uno de sus más claros deseos.

El Mundial de 1994

No es la primera vez que intenta que un Mundial se celebre en Norteamérica. Ya en 1986 intentó que los estadios estadounidenses se llenaran con los mejores equipos del iñundo. Peto su país, al igual que Canadá, y Brasil, perdió la pánida ante México. Entonces ni las conversaciones de Kissinger con la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación) lograron inclinar la balanza hacia EE UU. El deseo de Kissinger podría cumplirse en 1994. Cree que Estados Unidos, a pesar de la poca afición de sus ciudadanos, tiene oportunidades de conseguir esta vez una victoria futbolística y organizar el torneo. "Estoy trabajando en ello y, a no ser que Brasil haga un importante esfuerzo, el Mundial de 1994 será en Estados Unidos".Si ello sucede, a nadie extrañaría que Kissinger estuviera en el comité organizador del campeonato. Al político, su afición por el soccer, nombre con el que los norteamericanos califican al fútbol, le viene de lejosi. De niño jugaba mucho a este deporte en Alemania. A Kissinger le han quedado dos cosas de su país natal: un acento inconfundible y el amor por el fútbbl. Y cuando emigró a Estados Unidos se llevó la afición por el balón. El que fuera secretario de Estado, convertido ahora en consejero de lujo de multinacionales y bancos, siempre guarda algo de su cotizado tiempo para leer periódicos deportivos y seguir las ligas europeas. Y continúa "trabajando mucho" para que su sueño se cumpla en 1994.

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