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La justicia investiga supuestas amenazas de la Camorra al Nápoles

La ciudad de Nápoles se muestra inquieta por ciertos rumores que indican que la Camorra napolitana pretende evitar que el equipo en que juega Maradona gane el título de Liga italiano. La justicia ha iniciado investigaciones en este sentido, y un juez ha interrogado a cuatro jugadores del equipo, entre ellos Maradona. La suposición se basa en la posibilidad de que la organización mafiosa del sur de Italia, que controla el juego clandestino, pueda sufrir pérdidas graves si el Nápoles gana el título.

Si los rumores fueran ciertos, la victoria del Nápoles en la liga italiana supondría para la Camorra pérdidas por un valor aproximado de 38.000 millones de pesetas. [A los rumores se agrega un hecho: a seis jornadas del final el Nápoles aventajaba al segundo, el Inter, en cinco puntos, y dos jornadas después la ventaja se ha reducido a dos.]La noticia surgió en el Parlamento, donde el diputado democristiano Ugo Griippo (hincha del Nápoles) interpeló al ministro del Interior, Oscar Luigi Scalfaro, aunque no logró que éste hiciera precisiones sobre el tema.

La primera voz de denuncia de este supuesto negocio camorrista fue la del diputado derechista Giulio Maceratini, del Movimiento Social Italiano (MSI), que el 16 de febrero pasado entregó un informe sobre el tema a la comisión de Justicia de la Cámara baja.

Más tarde, el 12 de abril, el diario económico Sol 24 horas, publicó a toda página en primera plana una información titulada "El título del Nápoles rompe la banca de la Camorra".

Pero ya desde el mes de diciembre Sol 24 horas (el diario de la Confederación Industrial Italiana) y el mautitno napolitano Giornale de Nápoles, denunciaban movimientos de la nueva camorra vinculados a atentados contra jugadores del Nápoles.

En aquellas fechas, uno de los coches de Maradona recibió una pedrada que rompió el cristal posterior, mientras que Bagni había padecido ya tres asaltos a su casa y su coche.

Un magistrado napolitano, Bruno d'Urso, juez instructor del tribunal de Nápoles, que está investigando los movimientos de la nueva familia (rama de la camorra que gestiona el juego clandestino), interrogó a cuatro jugadores del Nápoles. Los futbolistas citados, considerados por crítica y afición como la estructura vertebral del once sureño, eran Diego Armando Maradona, Salvatore Bagni, el guardameta Claudio Garella y el veterano defensa Giuseppe Bruscolotti. Todos ellos declararon ante el magistrado de uno en uno y por separado, y coincidieron en señalar que no habían advertido "ninguna situación de presión, intimidación o amenazas".

La justicia deportiva, por su parte, investigó dos barrios napolitanos donde se genera el juego clandestino de los apostadores: el Secondigliano (en la periferia de la ciudad Partenopea) y el Santa Lucía, controlado por los hermanos Lo Russo, sin obtener otra cosa que silencio y negativas.

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