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800 profesionales de televisiones públicas debaten fórmulas para acercar al espectador

El debate sobre las expectativas de las televisiones públicas y las fórmulas más idóneas para acercarse al espectador han sido las principales líneas por donde han transcurrido las sesiones de la Conferencia Internacional de Televisiones al Servicio Público (Input), que se clausuró el sábado en Granada. Asistieron 800 profesionales de 30 países, que presentaron un centenar de programas, si bien no se ofrecieron producciones descollantes. La celebración del encuentro en España ha supuesto también la presencia efectiva de las cadenas de televisión de Latinoamérica.

La participación de programas y profesionales de América Latina se había limitado en anteriores ediciones a una presencia testimonial. El próximo encuentro se celebrará dentro de un año en Filadelfia (EE UU).Desde ayer y hasta mañana se celebran en el mismo marco en donde se ha desarrollado el Input, el Posput, unas jornadas de trabajo dirigidas a los responsables de la formación profesional audiovisual. En conjunto no ha habido programas especialmente descollantes. Los profesionales, al término de la proyección de cada uno de los bloques de programas, recibieron con satisfacción la mayoría de las producciones, que dieron lugar a animados coloquios. En total se han visionado casi un centenar de programas. Han asistido unos 800 profesionales pertenecientes a cadenas públicas de televisión de más de 30 países.

Por parte española se habían seleccionado cuatro programas, que recibieron muestras de admiración. En la primera jornada se proyectaron Bancus De¡, de Baltasar Magrc y Sol Alameda, y La mujer sola. de Josefina Molina. El jueves se proyectaron, dentro del apartado Memorias emocionales, un reportaje de Mercé Vilaret sobre la matanza de abogados de la calle de Atocha y otro de Miguel Littín sobre el derrocado presidente constituciona, chileno Salvador Allende. Junto a estas dos últimas producciones españolas se proyectó otra de Dany Cohn-Bendit y Steven de Winter sobre el mayo del 68. De hecho, y pese a que el certamen no es competitivo ni un mercado de adquisición de programas, varias cadenas se han interesado por los espacios de Josefina Molina y Miguel Littín.

El debate sobre cuál es la función de las cadenas públicas en contraposición con las privadas ha marcado también la línea de buena parte de las sesiones. El propio presidente internacional del-Input, el británico Michael Fentimann, ya lo esbozó de un modo muy particular en la jornada de apertura: "Ésta es una reunión de guerrilleros dispuestos a ganar la batalla a la televisión privada y en la que es necesaria la presencia de todos los profesionales". El vicepresidente del Input, el italiano Sergio Borelli, señaló que "es un error el hecho de que todos los canales -se propongan competir por el mismo público".

La definición del programa de una cadena pública la ofreció Antonio Pozueco, director de producciones externas de TVE: "Tenemos que dar al público lo que quiere, esto es, programas que entretengan pero que posean una envoltura formativa". El propio Pozueco se mostró optimista desde el comienzo: "No nos da miedo la televisión privada. Los programas innovadores no son patrimonio de las cadenas públicas, pero cuesta trabajo entender que las televisiones privadas produzcan programas de riesgo". La incomparecencia de la directora de RTVE, Pilar Miró, y los incidentes del día de la inauguración han sido los problemas más importantes que han pesado en la organización. Hasta el momento, en todos los encuentros se contó con el responsable de la televisión pública del país anfitrión.

La toma del hospital Real, sede del rectorado de la universidad de Granada, en donde se ha celebrado el Input, por un grupo de estudiantes preocupó durante todas las sesiones. Otros colectivos que se mantuvieron en huelga anunciaron protestas similares que al final no se cumplieron.

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