La fiebre electoral se apodera del Reino Unido
Margaret Thatcher no tiene por qué convocar elecciones generales hasta junio de 1988, pero la fiebre electoral se ha apoderado del Reino Unido durante el último fin de semana, hasta el punto de que el líder socialdemócrata David Owen se atrevió el viernes a pronosticar que la fecha de la confrontación electoral sería el próximo 7 de mayo.
Hasta el momento, la única persona que tiene que decidir la fecha, la propia primera ministra, guarda silencio, pero, si las cosas siguen como hasta ahora, será muy difícil que la líder conservadora pueda resistir la presión de su propio partido para adelantar sustancialmente las elecciones, si no a la fecha prevista por Owen -el 7 de mayo se celebran elecciones locales y regionales-, si a junio.De acuerdo con la mecánica electoral británica, la primera rninistra tendría que pedír hoy, o como más tarde el jueves, el decreto de disolución a la Reina para que las elecciones se pudieran celebrar en esa fecha. Sin embargo, aunque la sorpresa puede saltar hoy, todo apunta a junio como primera opcion. El víceprimer ministro, lord Whitelaw, una de las personas más cercanas a Thatcher, y hasta ahora partidario de celebrar los comicios en octubre, se declaró el domingo dispuesto a "dejarse convencer para convocarlos en junio si las opciones son favorables".
Las opciones son tan favorables que hasta un periódico tan poco sospechoso de thatcherismo como el liberal The Guardian inició ayer la publicación de una serie de colaboraciones por parte de varios políticos sobre la política que debería llevar a cabo una tercera administración conservadora.
Que un político tan serio y con tanta experiencia como David Owen se hava atrevido a pronosticar la fécha del 7 de mayo no se debe sólo a un iritento de aprovechar una subida en la cotización de la Alianza -la coalición de socialdemócratas y liberalesque dirige junte, a David Steel, como le han acusado políticos de diverses partidos. Se debe también a que los conservadores nurica han tenido los hados más propicios desde la victoria de las Malvinas, hace cinco años.
Los laboristas, terceros
Las tres últimas encuestas, publicadas entre el domingo y el lunes, coinciden en colocar a los conservadores en el primer lugar de las preferencias de los votantes, con mayorías que oscilan entre 12 y nueve puntos. Pero eso no es todo. Lo más significativo es que, en las tres, el Partido Laborista ocupa no el segundo lugar, sino el tercero, tras la Alianza. Y, por si esto fuera poco, las encuestas también demuestran que el laborismo no barre, en contra de lo que esperaba, en los puntos negros del paro situados en el norte de Inglaterra y Escocia.Ante estos resultados, los peores para el laborismo desde que Neil Kinnock se hizo cargo del partido en 1983, el líder laborista dedicó una entrevista televisiva el domingo a atacar a la Alianza y a repetir machaconamente que sólo el partido laborista constituye una alternativa de poder.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.