Un clásico
La televisión aún no ha tenido tiempo de volver a repasar su historia, porque no la tiene, y es probable que sea el único lenguaje artístico que jamás la consiga, por su misma condición de medio "discontinuo, diaspórico", en palabras de André Glucksmann.En TVE no se piensa lo mismo. Mientras algunas emisiones nocturnas son generosamente repescadas a la mañana siguiente por si alguien tuvo la ocurrencia de perdérselas, el organismo recurre con abuso a la reposición de series propias elevando, al rango de documento histórico programas que se han visto tan sólo meses antes. Pero Curro Jiménez es un clásico. Y merecía los honores de esta resurrección.
En las repeticiones cuenta mucho el poso sentimental. La canción que bailamos con aquella persona, escuchada años más tarde nos devuelve la carne fugitiva de esa tarde, y volver a ver una película que vimos de pequeños, en un cine quizá al aire libre del. pueblecito de veraneo, trae a la memoria los modestos placeres del limbo. Curro Jiménez, emitida por vez primera en 1977, no ha tenido la posibilidad de refrescar momentos tan preclaros, pero ofrece ahora, entre otras emociones, la oportunidad de ver a Isabel Pantoja en sus preliminares, haciendo de una moza de venta carnosa y fresca que canta al amor sin notas funerales. Escrita toda la serie, con eficacia y buenos rasgos de humor, por Antonio Larreta, el reparto de realizadores es, sin embargo, lo que dio al ciclo su picante. En esta ocasión, segunda vez en que Curro Jiménez es repuesta, se ofrece una selección de 13 capítulos, y entre los nombres de sus directores están Camus, Drove y Pilar Miró.
En el conjunto se aprecian, desde luego, defectos de época. Hoy, probablemente, se cuidaría más la verosimilitud lingüística (en una Andalucía atávica, todos los personajes hablan en el lavado castellano de los doblajes y las tablas), y la música es excesiva, machacona. Pero las enseñanzas clásicas del cine del oeste aplicadas a este western meridional -ritmo trepídante, cuidado tratamiento del paisaje, trasfondo ético de la aventura- están mantenidas de uno a otro capítulo.
En la serie, con todo, hay hitos. Antonio Drove subtituló su episodio, La gran batalla de Andalucía, "boceto para un debate cinematográfico sobre el imperialismo", y en esa parábola del pintor testarudo que no se doblega ante el invasor francés, aparte de poder ver una vehemente interpretación del pintor recientemente fallecido, Viola, se advertía el gran talento épico de Drove. Y el pasado domingo vimos Los rehenes, único capítulo que dirigió Pilar Miró. En esta historia del bandolero generoso no sólo se apreciaban las estupendas dotes de galán desenfadado y pasional de Sancho Gracia, carne y alma del conjunto, sino que la realizadora demostraba que al lado de su más conocida vertiente lírica, la caracterización de la violencia, el lado oscuro del sadismo y la acción más descarnada tienen en ella a una de nuestras mejores estilistas.
Curro Jiménez se emite hoy a las 13.30 por TVE-1.
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