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La salud en Suecia es una responsabilidad municipal

Los supuestos sobre los que reposa el sistema de salud en Suecia son, en grandes líneas, los mismos que impregnan toda la estructura social: la básqueda de la igualdad entre los individuos y proporcionar a todos una asistencia plena y decorosa. La salud es, de esta forma, parte de una política que busca asegurar a los ciudadanos un nivel de vida digno en aspectos como la alimentación, vivienda, prevención, sobre los que descansa el concepto de salud moderno que considera que ésta no es solamente la ausencia de enfermedad.

El funcionamiento de los servicios médicos y sanitarios de Suecia es principalmente responsabilidad de las diputaciones provinciales y de las municipalidades, tanto en la atención ambulatoria como de hospitalización. Esas unidades administrativas proporcionan también los servicios odontológicos, gratuitos hasta la edad de 19 años, subvencionados para los adultos.

Desde 1983 está en vigencia una nueva ley de asistencia médico-sanitaria que amplió las responsabilidades de las diputaciones provinciales, especialmente en lo que se refiere a medidas preventivas, aunque también abarca otros aspectos, tales como la asistencia psiquiátrica y la de los minusválidos. La mayor parte de las diputaciones provinciales destina de un 75% a 80% del presupuesto a los servicios médicos y sanitarios. Cada diputación tiene la responsabilidad de planificar dichos servicios y de establecer los impuestos correspondientes para financiarlos. En las diputaciones provinciales están representados tanto los partidos políticos que están en el Parlamento como partidos menores. Esta integración pluripartidaria y con miembros elegidos por sufragio directo ofrece una mayor garantía de control. La autonomía de las diputaciones provinciales no es ilimitada. El Gobierno central supervisa su actividad, tanto en el plano estrictamente técnico como en el económico, así como en el cumplimiento de las disposiciones que establecen la igualdad de derechos de todos los ciudadanos a la asistencia. Dos organismos adscritos al Gobierno y al Parlamento tienen esa responsabilidad: el Ministerio de Asuntos Sociales y Sanidad Pública y la Dirección Nacional de Salud Pública y Previsión Social.

El primero establece normas generales para los servicios médicos y sanitarios, los servicios sociales y el seguro de enfermedad. La segunda es una dependencia administrativa central que desarrolla programas de información sanitaria, supervisa servicios médicos sanitarios, así como la actividad profesional del personal médico y auxiliar, y provee información básica para la planificación.

Contribución

Suecia dedica cerca del 11% de su producto nacional bruto a la atención de la salud. España no llega a la mitad. La ampliación experimentada en los últimos 10 años por los distintos servicios, el equipamiento de instrumental moderno, así como el aumento del personal, han determinado una suma considerable en los costes. Como se ha dicho, éstos son financiados por impuestos que cada diputación tiene dereclio a recaudar. Las contribuciories provinciales cubren cerca del 60%, y para compensar la diferencia, el Estado asigna subsidios.

El Seguro General de Enfermedad, establecido en 1955, se nutre con fondos provenientes de cotizaciones patronales y, en menor proporción, del Estado. Este seguro ampara, a todos los ciudadanos suecos y a los extranjeros residentes en el país. Mediante un pago insignificante en relación a los costes -actualmente es de unas 900 pesetas-, el paciente tiene derecho al tratamiento que necesite. Las visitas del médico a domicilio son un poco más caras. Si un paciente asiste a la consulta y se encuentra indispuesto para volver a su domicilio en transigorte colectivo puede coger un taxi, reembolsándosele, con una orden del médico, el importe en un 90% por la Caja de Seguros. La visita al médico privado cuesta entre 900 y 1.500 pesetas, pero, en los casos en que el médico privado tiene un acuerdo con la Caja de Seguros, el tratamiento que aquél determine corre también por cuenta del seguro.

Cuando los recursos de la asistencia primaria resultan insuficientes para determinar un diagnóstico o realizar un tratamiento se hacen cargo del paciente los servicios médicos provinciales o regionales. A estos efectos, el país está dividido en seis regiones médicas, que comprenden cada una más de un millón de habitantes. Dentro de la política económica restrictiva aplicada en los últimos años, también han correspondido algunos ajustes en el área de la salud. Una consecuencia de esto es que algunos medicamentos, como vitaminas y analgésicos, no están subsidiados por el seguro y el paciente debe pagar su coste total.

El número de camas en Suecia es relativamente elevado: alrededor de 16 por cada 1.000 habitantes, distribuidas en 5 para medicina general, 5 para tratamientos prolongados, 3,5 para tratamientos psiquiátricos y 2,5 para disminuidos psíquicos. Los servicios de ambulatorios están organizados por distritos de asistencia primaria, que corresponden a zonas de una población que varía entre 5.000 y 50.000 habitantes. En cada distrito hay uno o varios centros médicos sanitarios y el mismo número para reposo y tratamientos prolongados. Entre los servicios ambulatorios se incluyen los que prestan enfermeras y parteras de distrito. La actividad privada de la medicina alcanza proporciones reducidas.

Trabajo coordinado

Jesús de Pedro, especialista en neurología y medicina social, reside desde hace seis años en Suecia, trabaja en el hospital de Huddinge, al sur de Estocolmo, y ha realizado el doctorado, sobre la enfermedad de Parkinson, en el Instituto Karolinska. La ausencia de tensiones es, para el doctor De Pedro, una de las características principales en el medio hospitalario. "No se trata solamente de una cuestión de recursos sino también de organización. En Suecia las tareas están muy delimitadas y cada uno conoce los límites de su quehacer. Esto disminuye notablemente la posibiliclad de fricciones entre colegas y entre éstos y sus jefes. Desde este punto de vista", agrega, "el sistema es mucho más humanizado tanto para los médicos cerno para los enfermos". Otro aspecto interesante a señalar desde el punto de vista de la organización, declara el médico español, es que en Suecia el jefe de servicio lo es por tres años y no de por vida. Habitualmente, al cabo de ese lapso el contrato se puede renovar. Esto evita toda forma de arbitrariedades y facilita la corrección de orientaciones equivocadas. Hay un todo, dice De Pedro, que debe funcionar de acuerdo a ciertas normas y cada parte integrante de ese todo es igualmente considerada. El personal auxiliar tiene un gran peso cuantitativo en la sanidad sueca en virtud del gran desarrollo de la medicina social. La enfermera un papel importante que arranca desde hace muchos años. Tanto el médico como el paciente tienen respeto por el trabajo de la enfermera, lo que se refleja en las relaciones. La enfermera de distrito acude a los domicilios, donde se le recibe con igual confianza que al médico.

Hay otras careterísticas del sistema sanitario sueco sobre las que el doctor De Pedro pone énfasis. Así, por ejemplo, el debate público sobre los problemas sanitarios es muy frecuente en la Prensa y la televisión, y ello es importante porque genera conciencia y porque influye en las decisiones de los centros de poder. En ese debate, la ética médica ocupa un lugar irriportante. Existe el consenso de que no está muy bien lucrarse a costa de la salud y la ley prohíbe expresamente al personal hospitalario en todas sus categorías recibir regalos de los pacientes por un valor superior a las 50 coronas.

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