El INI redujo las pérdidas en unos 40.000 millones de pesetas en 1986, tras la venta de Seat
El Instituto Nacional de Industria (INI) presentará mañana los resultados provisionales del ejercicio de 1986, que ofrecen una disminución de sus pérdidas del orden de 40.000 millones de pesetas (algo más del 25%). Los responsables del holding público quieren alejar la impresión de que la fuerte reducción de su déficit se debió sólo a la salida del grupo, tras la venta a Volkswagen, de la compañía Seat, que en 1985 perdió 37.400 millones. Lo cierto es que las empresas públicas -una a una- tuvieron un comportamiento muy diferente el pasado año en relación a ejercicios anteriores.
La diferente evolución de las empresas en 1986, según el comportamiento tendencial en años anteriores, pudo apreciarse en dos grupos de sociedades. Así, mientras que las compañías de transporte aéreo -Iberia y Aviaco- experimentaron un cambio a mejor después de acumular pérdidas multimillonarias durante casi un decenio, la Empresa Nacional de Autocamiones, SA (ENASA), y Construcciones Aeronáuticas, SA (CASA), fabricante de aviones, agravaron su tendencia que, en el caso de la segunda, no se presumía tan negativa.Las pérdidas globales del grupo, según datos provisionales recopilados por expertos de la Administración, se situaron en torno a los 120.000 millones de pesetas en el ejercicio pasado, aproximadamente un 25% menos que los 162.638 millones de pesetas registrados en 1985. La mejora de los resultados del grupo no puede atribuirse sólo a la venta de Seat, ya que los fondos percibidos por la vía de los Presupuestos Generales del Estado fueron el pasado año sensiblemente inferiores a los recibidos en los ejercicios anteriores.
El grupo que preside Claudio Aranzadi ha tenido una coyuntura adversa en 1986 debido al retraimiento de los mercados exteriores como consecuencia del hundimiento del dólar, según el primer balance de los resultados que el máximo responsable del holding hizo en una reciente intervención ante la Comisión de Industria del Congreso de los Diputados. La demanda interna no ha podido compensar la fuerte reducción de las exportaciones del grupo, que en valor han caído un porcentaje apreciable. Tal es el caso de CASA, sociedad que ha pasado a engrosar, tras unos ejercicios brillantes anteriores, el amplio pelotón de empresas públicas en pérdidas, convirtiéndose así en una de las prioridades de gestión del grupo.
Su nuevo presidente, Javier Álvarez Vara, trató hace unos días de justificar el cambio de tendencia que ha experimentado la sociedad y lo atribuyó a las fuertes desviaciones en la producción y a una política fallida de exportaciones al mercado norteamericano. El caso es que la compañía aeronáutica, que tuvo unos beneficios de 1.639 millones en 1985, pasó a registrar 8.500 millones de pérdidas.
Búsqueda de socio
Un caso más dramático que el de CASA es el de ENASA, la empresa fabricante de los vehículos Pegaso, cuya viabilidad futura es puesta en tela de juicio, en las condiciones actuales, hasta por los propios órganos responsables del INI. ENASA, que sigue buscando como salida un socio extranjero que aporte tecnología y futuro, ha incrementado en cerca del 50% unas pérdidas que ya fueron de 16.973 millones en 1985. El problema se sitúa este año en la pérdida de los contratos exteriores, entre ellos el de Egipto.Por lo que se conoce hasta la fecha, la siderurgia mejoró algo su situación, pero el coste financiero de la reconversión sigue pesando aún, y seguirá todavía en los ejercicios próximos, sobre las empresas del grupo. Ensidesa mejoró en unos 1.500 millones unas pérdidas que el pasado ejercicio se situaron en unos 15.000 millones, frente a los 17.775 millones de 1985. El comportamiento del sector naval fue parecido, mientras que Hunosa, la perla negra del INI, sigue repitiendo números rojos con unas subvenciones anuales situadas en 30.000 millones. El déficit fue del orden de los 9.000 millones de pesetas, a los que habría que sumar las subvenciones de distinta clase que recibe.
Sindatos aún sobre el sector alimentario, que funciona como subholding, el INI pudo compensar el incremento de pérdidas en algunas sociedades con la mejora sorprendente del subsector de transporte aéreo. Iberia pasó de perder 9.134 millones de pesetas (11.000 millones con balance anual homógeneo) a ganar 720 millones de pesetas. Aviaco, por su lado, registró también números positivos después de casi una década de pérdidas. En 1985, su déficit fue de 1.724 millones de pesetas.
La mejora de los resultados en este subsector pueden atribuirse, en un contexto de baja del precio del carburante y de los tipos de interés, a la rápida reacción a mediados de año ante una situación adversa del mercado, con cierre de líneas y reorientación de los destinos. En Aviaco, un gran parte del éxito se debió a los buenos resultados de su plan de viabilidad, que terminó el pasado ejercicio después de tres años de ajuste.
La empresa estrella del grupo público, la Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA), repitió resultados, lo que la convierte, con un excedente situado, en torno a los 40.000 millones de pesetas, en la compañía eléctrica más rentable de este país. No obstante, la empresa tiene ante sí el reto del impacto del gran parte del esfuerzo financiero que realizó con el intercambio de activos acordado en el sector eléctrico en el último día del año 1985.
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