Domingo, maldito domingo

De Sunday, bloody que antes de ser una canción de U-2 fue una célebre película de Schlesinger, habría que calificar el maldito domingo cinematográfico de hoy, coronado en la sobremesa por el tocho español que semana tras semana nos castiga -bueno, castiga a quien, desprevenido, se deja castigar- vilmente.Quizá haya que defender siempre el valor sociológico de cualquier aproximación al cine español pretérito, que es una manera de aproximarse a nuestra historia, pero... ¡un domingo por la tarde! El tocho de hoy, titulado Celedonio y yo somos así y dirigido -ya se habrá adivinado- por Mariano Ozores, es la historia de un cateto que llega a Madrid para sustituir en una boda al novio y organizar con su pretendida ignorancia el desmadre.

Landa, Ozores, Cohen, Román y pandilla saben estar en su vis cómica y eso se aplaude, pero la brocha gorda con que se pintan situaciones y presumibles osadías eróticas va más allá del bostezo por exasperación.

Producto más aritmético es Barba Azul, aunque su aritmética aburre. Se trata de un hábil cálculo mercantil según el cual un Richard Burton maduro en la piel del recreado personaje ha de dar dividendos al hermanarlo con Raquel Welch, Virna Lisi, Marilu Tolo, Nathalie Delon, y Agostina Belli. Aunque la película, de 1972, fuera realizada por el otrora competente Edward Dinytryk, su alcance no supera la suela de los zapatos del propio Ozores.