El hermano de Yoldi y otros dos refugiados, entregados a la policía española
El refugiado vasco Francisco Javier Yoldi Múgica, hermano mayor de Juan Carlos Yoldi, presunto etarra que fue candidato de Herri Batasuna a lehendakari, fue expulsado ayer tarde de Francia y entregado a la policía española en aplicación del procedimiento de urgencia absoluta. En la madrugada de ayer, pocas horas antes de que empezara el viaje oficial a España de François Mitterrand y de Jacques Chirac, habían sido expulsados y entregados también a la policía española otros dos vascos residentes en el país vecino.Francisco Javier Yoldi, de 30 años y residente en Francia desde hace nueve años, fue detenido a las 18,30 horas en Hendaya y entregado dos horas después a las autoridades españolas en el puesto fronterizo de Irún.
Los otros dos expulsados ayer son Manuel Etxabe Murrestilla, Zumai, que fue detenido la noche del martes en Anglet, cerca de Bayona, y José Javier Lacasta Salinas, detenido en Hendaya. Este último pertenece al comando Navarra de ETA Militar, según la policía española.
El apoyo francés a la incorporación plena de España a la CE y la intensificación de la cooperación en la lucha antiterrorista, especialmente las expulsiones de militantes de ETA del antiguo santuario francés, son los dos elementos que han permitido un cambio sustancial de las relaciones bilaterales entre ambos países, hasta desembocar en el idilio actual.
El Gobierno conservador de Jacques Chirac ha sido especialmente activo en la represión del terrorismo vasco. Desde agosto de 1986, Francia ha expulsado, contando los tres de ayer, a 48 refugiados vascos, en aplicación primero de un viejo decreto de 1945 y a partir de septiembre de una ley de seguridad votada en la Asamblea Nacional, que permite la expulsión gubernativa, sin necesidad de una decisión judicial.
Una ley criticada
Esta ley ha sido objeto de ásperas críticas por parte de la izquierda francesa, incluidos los socialistas, que prefieren las garantías de una intervención del poder judicial a las actuaciones policiales.El Gobierno socialista francés había ratificado algunas extradiciones de etarras, dictadas por jueces, a partir de junio de 1984, cuando los ministros del Interior José Barrionuevo y Gaston Deferre firmaron un acuerdo de cooperación antiterrorista. Este acuerdo quebró la política de inhibición, o incluso de ayuda a través de la concesión del estatuto de refugiado político, de la presidencia de Valéry Giscard d'Estaing, que convirtió al País Vasco francés en el auténtico santuario de ETA.
La coincidencia de Gobiernos socialistas en ambos países no fue ajena al giro experimentado por Francia ante el terrorismo. Pero el momento de mayor colaboración se ha producido con la llegada de los conservadores al Gobierno de Francia y la aplicación de nuevas leyes de seguridad.
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