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IDA DE LOS CUARTOS DE FINAL DE LA COPA

El Real Madrid jugó con firmeza en El Sadar

ENVIADO ESPECIALEl Madrid ganó en Pamplona el partido que no hubiese querido jugar. La sombra del fallecimiento de Guruceta pesó en el ánimo de los jugadores madridistas antes del choque, pero luego cumplieron con escrupulosa profesionalidad un buen trabajo sobre el césped. La sombra del accidente de Guruceta sólo quedó en el recuerdo de un sector radical de la afición navarra durante 30 minutos. Ése fue el tiempo que necesitaron varios hinchas para recordar que se lo habían pasado bien en el partido de Liga probando su puntería con lanzamientos de una variada gama de objetos sobre los jugadores madridistas. Valdano y Hugo Sánchez resolvieron con sus goles el partido y Pes Pérez, el sustituto de Guruceta, lo hizo con espléndida nota.

"Hala Madrid, el equipo del Gobierno, la vergüenza del país" , gritaron, a la salida de los madridistas, unos 200 hinchas osasunistas, que siguieron arrojando objetos contra la expedición blanca, que hubo de abandonar el estadio en furgones policiales. Triste consuelo, porque el debate sobre el estado del encuentro arrojaba un saldo favorable al equipo de Beenhakker.

El partido no era fácil para nadie. Había mucha tensión acumulada por la dureza de los dos choques ligueros entre ambos equipos y buena parte de los protagonistas estaban picados. A Gallego se le silbaba cada vez que tocaba el balón y a Hugo Sánchez se le intentó convertir en el segundo de Buyo a la hora de probar a elegir el pim, pam, pum. Flaco favor se le hizo con ello a Osasuna. El Soso y el mexicano, que marcó un gol soberano, se crecieron con el castigo y realizaron un espléndido encuentro, bien respaldados siempre por un Michel omnipresente.

El Madrid sólo pasó apuros por los problemas de Sanchis para controlar al ariete Robinson y, generalmente, en las fases finales de cada tiempo. Beenhakker supo reaccionar bien cuando, a falta de 12 minutos, la presión de Osasuna era insistente y amenazaba con empatar en alguno de los muchos balones aéreos. El holandés retiró a Juanito y metió a Mino en el momento preciso.

En realidad, el Madrid sólo cometió dos errores. El primero, en su despiste defensivo colectivo que originó el empate. El segundo tuvo por protagonista a Buyo: alguien debe exigirle que acuda a El Sadar con armadura.

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