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Críticas vecinales a la gestión del Plan de Prevención de la Delincuencia

Representantes de asociaciones de vecinos, jóvenes y familiares de drogadictos criticaron las trabas burocráticas que impiden la normal actuación del Plan de Prevención de la Delincuencia y la Marginación Social en San Blas, Orcasitas y Pan Bendito, en el acto de presentación de la memoria de actividades del plan durante 1986.

Antonio Ubierna, gerente del organismo, hizo un balance de lo realizado en educación, empleo, prevención secundaria y atención al toxicómano en los tres barrios, tras lo que tuvo lugar un coloquio. El presupuesto para 1986 ascendió a algo más de 142 millones de pesetas, de los cuales quedó un remanente de 31 millones sin gastar, y que se añade a los 128 millones del de este año, 100 de los cuales los aporta el Ayuntamiento de Madrid.

"La cola del caballo"

Joaquín Leguina, jefe del Gobierno regional, que presidió el acto, dijo que no había que esperar resultados espectaculares del plan, sino que lo importante era la "gitación" que suponía la colaboración de las asociaciones vecinales y las instituciones públicas. "Hay que arrancar pelo a pelo la cola del caballo", señaló.Leguina consideró inevitables las trabas burocráticas que se producen en la gestión, y que algunos de los presentes planteaban, y recordó que cuando intervienen varias administraciones públicas las trabas no se suman, sino que se multiplican. "Todas luchan Por la irracionalidad", añadió.

Emilio Fernandez, de la Asociación de Vecinos de la Meseta de Orcasitas, consideró que la gestión no había sido buena, por falta de agilidad y, sobre todo, "porque el plan no ha sido capaz de invertir todo el dinero ningún año". Fernández, que reconoció los logros, abogó por abrir la estructura de aquél a la participación ciudadana. "Cada vez hay más burocratización y menos participación", dijo.

Por su parte, Antonio Villanueva, de la Asociación de Vecinos de San Blas, señaló el desfase entre "lo que se hace y lo que se puede hacer" y pidió más coordinación de otros organismos relacionados con la política urbanística y de vivienda, para que no se actúe, dijo, "en compartimientos estancos".

Algunas personas plantearon los problemas asistenciales de sus familiares drogadictos. "Un juez impidió que mi hijo fuera a una granja a curarse en lugar de ir a la cárcel, donde ya se sabe que no se curará, a pesar de que tenía ya una beca concedida por el Ayuntamiento", dijo uno de los presentes, que añadió: "Hay que meter mano al poder judicial", a lo que Leguina contestó: "Le aseguro que no puedo -aunque no sería por falta de ganas-, ya que el poder judicial es independiente", y apostilló: "Porque no tienen elecciones", lo que fue coreado con risas.

A la salida, algunas personas se acercaron a Joaquín Leguina a quejarse del problema de la droga: "Estamos acobardados en el barrio, ya no podemos más", le manifestó una de ellas.

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