López de Letona acepta ante los accionistas que Banesto 'perdió impulso' como banco en 1986
El vicepresidente y consejero delegado del Banco Español de Crédito, José María López de Letona, que dirigió y controló el desarrollo de la junta general de accionistas de la entidad como máximo ejecutivo, reconoció en su intervención ante los propietarios que la marcha normal de la entidad en 1986 no se correspondió con lo que cabría esperar. Los beneficios típicos de Banesto ascendieron a 48,673 millones de pesetas, 400 millones más que hace un año equivalentes al 1% de incremento muy por debajo de los del conjunto del sector.La junta de accionistas, que transcurrió con normalidad, salvo por algunas intervenciones de los asistentes y por la manifestación que varios centenares de trabajadores de la empresa Isodel, participada de Banesto, realizaron en la puerta del madrileño Palacio de los Deportes, estuvo dirigida por López de Letona, ya que el presidente se limitó a leer media docena de folios en los que lo más importante que dijo fue afirmar que en la operación Coca no se trató de "constituir una sindicación de acciones" ni que existiera un pacto secreto con Ignacio Coca para "ejercer un control sobre el futuro de Banesto".
López de Letona, que pasó de puntillas sobre los problemas por los que ha atravesado Banesto en 1986 afirmando que todo estaba contenido en el texto de la memoria que los accionistas tenían que aprobar, aceptó que una parte sustancial de los beneficios obtenidos por Banesto en el ejercicio pasado se habían logrado gracias a la buena coyuntura bursátil por la que ha pasado la economía española y que en la actividad típica bancaria las cosas no están claras.
En este sentido señaló que el "aperente estancamiento de los resultados ordinarios de explotación" debían ser matizados por el hecho déque los ingresos por productos financieros disminuyeron en 1986 en 11.000 millones de pesetas, como consecuencia de los menores rendimientos de la inversión crediticia ya que no se han incluido, como era lógico, "el interés de ningún crédito que pudiera ofrecer la más mínima duda en cuanto a su devolución".
La reducción de los costes financieros, que debería haber tenido plena realidad en el pasado ejercicio, no alcanzó los niveles esperables, según López de Letona, porque las necesidades financieras del Banco Garriga Nogués exigieron una posición activa en el mercado interbancario. Junto a ello López de Letona admitió que los costes de transformación siguieron especialmente altos en 1986 y que en este año "los ingresos por comisiones y servicios disminuyeron".
Frente a este panorama no especialmente halagüeño, López de Letona anunció, con ocho meses de antelación que pretende distribuir en el próximo mes de octubre un dividendo a cuenta de los resultados del ejercicio actual de 35 pesetas por acción de 250 pesetas, lo que supondría un incremento de casi el 10% sobre lo efectuado con cargo a 1986.
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