Alumnos y profesores de Estadística protestan por el estado ruinoso del edificio que ocupan
Los alumnos y profesores de la Escuela Universitaria de Estadística de la Complutense han comenzado una campaña de protestas dirigida a que el rectorado tome medidas respecto al estado "ruinoso" en que se encuentra el edificio que ocupan, en la antigua universidad de la calle de San Bernardo. Contar con sólo dos aseos de dos metros cuadrados y una biblioteca en un sótano sin ventilación son algunas de las deficiencias señaladas. La escuela cuenta con 1.200 alumnos y 40 profesores, repartidos en tres edificios. El despacho del director suele ser habilitado para exámenes.
"Entre, vea, compare, y, si encuentra otro edificio peor, dígaselo al rector", anuncia una pancarta colocada por lo alumnos en la fachada."Los 40 profesores carecemos de una sala donde reunirnos, y todo el espacio del que disponemos aquí es medio cajón", señala uno de ellos. La escuela cuenta con dos aseos de dos metros cuadrados cada uno. La biblioteca, de 25 metros cuadrados, está en un sótano sin ventilación, con capacidad para sólo 16 personas. Para acceder a ella hay que bajar los 16 peldaños de una empinada escalera de caracol, después de haber atravesado la secretaría, que es también despacho de profesores. Las grietas de las paredes están selladas con testigos de escayola colocados por los aparejadores para medir la evolución de la abertura.
Por otro lado, el despacho del director es habilitado en ciertas ocasiones para examinar a los alumnos. Según el informe elaborado por los alumnos, "de las tres aulas disponibles en el edificio, dos tienen problemas para la impartición de clases, una por insuficiencia de espacio, y otra por la escasa audición".
Política e investigación
La escuela, con rango de universitaria desde 1977 y la única de este tipo que existe en España, comparte el edificio con el Instituto de España, el Instituto de Investigación Operativa, la Real Academia de Doctores, el paraninfo de la Complutense, el instituto de enseñanza Cardenal Cisneros y la Asamblea de Madrid. "Cualquiera que venga por aquí", afirma el director en funciones, Benjamín Hernández, "y entre en la Asamblea y en nuestra escuela pensará que este país se gasta todo el dinero en política y nada en investigación y enseñanza. Es el edificio peor que he visto, sin condiciones sanitarias ni de seguridad". Según palabras del conserje, "en los casi 30 años que llevo aquí no se ha pintado ni un centímetro"."No es comprensible que la Universidad tenga el paraninfo como lo tiene, para dos días al año que lo usan, y sin embargo nosotros, si queremos reunirnos con los profesores, tengamos que ir al bar de enfrente", dice Mario Galvache, representante de los alumnos en la Junta de Escuela.
Uno de los puntos centrales de la protesta es que los 1.200 alumnos de la escuela están repartidos en tres edificios. De ellos, 300 se encuentran en San Blas, en la Escuela de Óptica. Otras cinco clases ocupan aulas del instituto Cardenal Cisneros, cedidas "como un favor" y "a título personal", afirma Galvache. Los problemas se han agravado en los últimos dos años al multiplicarse el número de alumnos por seis.
El Rectorado de la Complutense ha manifestado que no es rentable invertir en el edificio, dadas las condiciones en que se encuentra, y ha mostrado la intención de trasladar el próximo curso la escuela a otro lugar. "El rector quiere vendernos el edificio de Trabajo Social, situado detrás del hospital Clínico, pero es una salida inviable. Ni está en condiciones ni cabemos en él. En vez de divididos en tres, lo estaríamos en cuatro", dice Hernández.
En una reunión mantenida el martes pasado propusieron al rector Amador Schüller el traslado al edificio que ahora ocupa la Facultad de Ciencias Políticas, junto al palacio de la Moncloa. "Cuando trasladen a los estudiantes de Políticas a Somosaguas, tal y como tiene previsto el Rectorado, ese recinto quedará vacío", apunta el director. "Sin embargo, parece ser que la Moncloa no quiere estudiantes tan cerca. Si el presidente del Gobierno tiene derecho a que no lo molesten, que nos dé otro edificio", añade.
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