Los pronósticos se inclinan ante la presión del dinero
El dinero continúa presionando sobre los mercados de valores en un proceso que, por su constancia y duración, viene impidiendo un saneamiento suficiente al frenar casi en seco cualquier posible realización de beneficios. Los vendedores no consiguen librarse de la sensación de estar equivocándose cada vez que consideran suficiente el nivel de los precios y proceden a materializar las plusvalías. El peligro es quedarse fuera del mercado, o tener que recomprar a precios superiores aquello que se vendió. Como consecuencia de estos planteamientos, el nivel de las transacciones es muy alto, como muestra el nuevo récord de contratación obtenido por el mercado madrileño el miércoles pasado, con 23.222,76 millones de pesetas efectivas negociados en acciones.Un mercado sobrado de capacidad creadora de argumentos positivos no necesitaba un entorno favorable para corregir el proceso vendedor que estaba sufriendo. La evolución del IPC de enero, considerada como muy positiva por los inversores, ha abierto la posibilidad de que esta vez sí se cumplan las expectativas de las autoridades económicas, tanto en materia de inflación como de tipos de interés.
Con la vista puesta en el largo plazo, los pronósticos han comenzado a tomar un tono más optimista que el que tenían hace tan sólo un par de semanas. La afluencia de dinero al mercado también está teniendo una influencia decisiva en esta alteración de las expectativas.
La sesión se inició con algunas realizaciones de beneficios en el sector eléctrico, que fueron perdiendo fuerza a medida que el papel iba siendo absorbido por unos inversores que no encuentran nada mejor que hacer con el dinero. Los últimos corros eléctricos coincidieron con las recuperaciones de los valores inmobiliarios, con lo que el tono de la sesión fue cambiando hasta mostrar una demanda generalizada y menos selectiva que en jornadas anteriores.
Las incógnitas planteadas en el sector bancario con las actuaciones de la víspera se mantuvieron hasta el último momento, debido al retraso con que el alto volumen de títulos negociado está obligando a publicar las cotizaciones. Los siete grandes registraron cierta irregularidad en su trayectoria, aunque el papel consiguió imponerse por algo menos de 10.000 títulos. Un recorte de 15 enteros, y dos avances de seis y 50, fueron las escasas variaciones del grupo, mientras que el volumen negociado se sitúa en un nivel normal, con 654.000 títulos contratados.
Las realizaciones de beneficios parecen, pues, haber llegado a su fin, como puede deducirse de los avances conseguidos ayer por los índices de los cuatro mercados, que, siendo cortos, se acercan a las cotas máximas del año. Bilbao supera ya su nivel más alto al situarse en el 297,04%. Las posiciones al cierre eran compradoras, aunque la proximidad de los máximos ha llevado algún nerviosismo al mercado, sobre todo en los sectores cuyos recientes avances han acumulado unas plusvalías interesantes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.