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Destrozos en una vivienda tras la explosión de un insecticida en aerosol

La explosión de un aerosol con insecticida contra las cucarachas causó ayer el derrumbamiento de un tabique y otros destrozos en una vivienda de la colonia de San Ignacio de Loyola, del distrito de Latina. El propietario de la vivienda, S. M. E., de 72 años, que resultó ileso, enchufó, 15 minutos antes de la explosión, un calefactor en el cuarto de baño para caldearlo antes de ducharse. Según Isidoro Rasines, especialista en química inorgánica, el gas freón, utilizado en los aerosoles, aunque inerte químicamente, se expande violenta mente ante un cambio brusco de temperatura.

"No sabemos el peligro en que vivimos. Butanos, sprays, estamos encima de una bomba". S. M. E., un carpintero ebanista jubilado, viudo reciente, vive solo en el piso noveno de una torre de la calle de Maribel, en el barrio de San Ignacio.Ayer por la mañana se levantó, como casi todos los días, a las 8.30. Lo primero que hizo fue encender el calentador de agua y enchufar un pequeño calefactor de aire caliente para caldear el cuarto de baño. Acto seguido, se volvió a meter en la cama. Cuando habían pasado alrededor de 15 minutos y se estaba incorporando, una fuerte explosión le echó para atrás. Ante él, entre el polvo y los cascotes, aparecía el cuarto de baño, colindante con su dormitorio. El tabique de separación se había caído hacia su cuarto, el falso techo colgaba a pedazos y las puertas y los armarios del baño y del pasillo yacían, arrancadas de cuajo. Los cristales de varias habitaciones saltaron hechos añicos, entre ellos toda la mampara acristalada que separa el salón de la terraza.

"Dios ha puesto la mano", comentó ayer el jubilado, "porque si llego a estar en el cuarto de baño no sé qué hubiera pasado". Prefiere permanecer en el anonimato y le preocupa que alguno de sus 40 vecinos pueda pensar que el accidente se debió a una dejadez. "Soy una persona responsable, tengo todos los aparatos en perfectas condiciones, reviso todo antes de acostarme. Para mí esto es un pesar", comenta.

Un frasco de Cucal -producto usado para matar cucarachas- en aerosol aparecía en el suelo, destrozado y retorcido. "La estufa estaba debajo del lavabo", dice, "y el spray estaba cerca, pero pegado a la pared. No podía imaginar que un spray pudiera hacer eso".

En opinión de Isidoro Rasines, químico del Instituto de Química Inorgánica Elhuyar, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), no es inverosimil" que la explosión se haya producido en el frasco de aerosol. "Aparte de los componentes específicos de cada uno de ellos, estos productos llevan todos un gas, el freón, que es inerte y químicamente estable, pero si experimenta un cambio brusco de temperatura se puede producir una expansión violenta, como una bomba".

Rasines añade que por ello en los envases se advierte que no se acerquen a un foco de calor ni se intente perforarlos. "Además", añade el químico en el caso del insecticida, éste va disuelto en un disolvente orgánico inflamable, que al calentarse se convierte en gas, lo que es un factor coadyuvante".

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