Una tanqueta militar atropella y mata a una abuela y su nieta
Una mujer de 60 años, Elvira Campazos Álvarez, y su nieta, Patricia Elena García Hidalgo, de siete años, murieron ayer al ser arrolladas por una tanqueta del Ejército de Tierra que formaba parte de un convoy que marchaba en dirección a Paracuellos del Jarama. El accidente se produjo a la altura del número 183 de la avenida de Logroño (carretera de Barajas). El Ejército y el Ayuntamiento de Madrid sostienen versiones contrapuestas sobre las causas del atropello.Un portavoz del Ministerio de Defensa hizo público ayer un comunicado en el que señala que, cuando la tanqueta se acercaba a un semáforo que acababa de ponerse en rojo, el policía municipal que dirigía el tráfico en ese punto le hizo señas para que no se detuviera. La tanqueta siguió su marcha y arrolló a las víctimas, que murieron en el acto.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid hizo ayer pública otra nota diametralmente opuesta a la versión de Defensa. Según esta versión, el policía municipal ya había ordenado el alto al tráfico rodado, como lo prueba, según fuentes municipales, que en la otra calzada, dirección a Madrid, estuvieran ya detenidos un taxi y un turismo. La nota municipal recalca que el policía municipal, al ver acercarse a la tanqueta a una velocidad que hacía dificil frenar el vehículo, hizo señales con la mano al conductor, reforzando así la señal del semáforo rojo.
La tanqueta no pudo detenerse a tiempo, arrolló a la anciana y su nieta, se desvió a la izquierda y fue a chocar contra el turismo ya detenido en la otra dirección de la calzada.
La anciana y su nieta se dirigían desde su domicilio, en la calle de Blanes, 3, en el denominado barrio de Corralejos, cercano a Barajas, al centro donde estudiaba la niña, el colegio público Ciudad de Zaragoza, situado a escasos metros del lugar del accidente. Patricia García era hija única del matrimonio formado por María del Carmen Hidalgo y Solís García.
El abuelo de la niña, Isaac García, fue uno de los primeros en ver lo sucedido, y ayer se encontraba sumido en una fuerte depresión. María del Carmen Hidalgo, la madre de la niña, otros familiares y vecinos del barrio, coincidían en señalar que, si hay que buscar un responsable, sería el propio Ejército, por permitir que un convoy militar de vehículos pesados atraviese una zona urbana sin escolta de motoristas o sin adoptar las precauciones debidas para evitar que suceda algo como lo que ocurrió ayer.
A las 5.30 de la tarde de ayer, la familia de las víctimas no había recibido ninguna explicación o disculpa por parte de mandos del Ejército.
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