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La oposición y el Gobierno británicos condenan la marcha contra Murdoch, en la que hubo cientos de heridos

El Gobierno y la oposición condenaron ayer los enfrentamientos registrados en la madrugada del domingo entre policía y manifestantes en las inmediaciones de Wapping (Londres), sede de los cuatro periódicos del magnate de la comunicación Rupert Murdoch, en los que casi 200 personas, incluidos más de un centenar de agentes, resultaron heridas. Son los incidentes más graves desde que comenzó el enfrentamiento entre Murdoch y los sindicatos.

Entre tanto, el secretario general de la Confederación Sindical Británica (Trade Unions Congress), Norman Willis, pidió al Gobierno, depués de una entrevista con los líderes de los cuatro sindicatos de la industria periodística, que se lleve a cabo una investigación independiente para esclarecer la responsabilidad en los incidentes.Lo que estaba destinado a ser una manifestación pacífica con motivo de cumplirse el primer aniversario, el pasado sábado, de la iniciación de la huelga de impresores y personal afiliado a los sindicatos National Graphic Association (NGA) y Sogat 82 de los periódicos de Murdoch, degeneró en una batalla campal, que se prolongó hasta las primeras horas del domingo, entre una parte de los 12.000 manifestantes y fuerzas antidisturbios de la policía, con el resultado de 162 policías y 33 manifestantes heridos.

Tecnología

La huelga fue declarada a finales de 1985 cuando Murdoch despidió a más de 5.000 trabajadores después de que las conversaciones sobre condiciones salariales se rompieran como consecuencia de la negativa de los dos sindicatos a aceptar la nueva tecnología de composición e impresión que intentaba introducir la empresa. News International, empresa editora del Times, Sunday Times, News of The World y The Sun, con una circulación superior a los 11 millones de ejemplares, sorprendió a los impresores y afiliados a los dos sindicatos contratando y adiestrando nuevo personal independiente y miembros del sindicato de electricistas y técnicos de electrónica.Desde entonces, la planta de Wapping, denominada por sus defensas de alambre espinoso y foso como lafortaleza Wapping, y el resto de los edificios de Murdoch en Flect Street han estado prácticamente sitiados por piquetes de la NGA y de Sogat 82 en un intento de impedir la distribución de los periódicos. El fracaso después de un año ha sido total, ya que los cuatro periódicos, tras una pequeña reducción inicial, sedistribuyen normalmente en todo el Reino Unido.

Ayer, 67 personas comparecieron en el juzgado del East End londinense para ser formalmente acusados por la policía de "intentos de subvertir el orden público" y ,ataques a la autoridad". De los 67 acusados, sólo 13 son trabajadores afiliados a los dos sindicatos de Fleet Street. El resto son jóvenes procedentes, en su mayoría, de organizaciones extremistas de izquierda.

Según informaciones procedentes de los periodistas presentes en la manifestación, la ferocidad de los enfrentamientos entre policías y manifestantes recordó los peores momentos de la huelga de mineros que terminó el pasado año tras un año de paro. Wyn Jones, jefe de las fuerzas antidisturbios enviadas a Wapping, exhibió el lunes un muestrario de los proyectiles utilizados contra sus hombres, entre los que se encontraban trozos de pavimentos arrancados con barras de hierro, piedras, ladrillos y lanzas hechas de trozos de verja arrancados de cuajo.

Por su parte, los líderes sindicales acusaron a la policía de lanzar varias cargas indiscriminadas a caballo contra los manifestantes. Breda Dean, secretaria general de Sogat 82, manifestó que "si no hubiera estado allí, mehabría resultado dificil creer en la brutalidad con que la policía cargó contra personas decentes que asistían a la manifestación con sus familias".

Arthur Scargill, el líder de los mineros, que arengó a los manifestantes, manifestó que las acciones de la policía demostraban que "el Reino Unido en 1987 se ha convertido en un Estado fascista". El líder laborista, Neil Kinnock, en línea con su imagen de dirigente moderado, condenó claramente "la horripilante violencia" y los ataques a la policía, aunque aprovechó la oportunidad para atacar al Gobierno. "Este Gobierno nos prometió ley y orden, y después de siete años hay mucha ley y muy poco orden", dijo a la televisión independiente. Por su parte, el ministro del Interior, Douglas Hurd, manifestó que "los perversos ataques contra la policía no tienen nada que ver con una protesta laboral pacífica".

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