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El Madrid encontrá a un Estudiantes comparsa

Luis Gómez

Sentar a Russell con una personal en su haber y a falta de 8 minutos es un lujo que el Estudiantes se permite muy pocas veces. Como ayer lo hizo Garrido, a la vista de que la apatía había llegado a sus huestes, rendidas y desarmadas antes de tiempo. No es que el Madrid alcanzara un gran partido. Es que el Estudiantes estuvo frío, hizo de comparsa y, claro está, el Madrid tampoco es el de hace un mes.Antes del partido, la Demencia había intentado calentar el pabellón con mensajes políticos, dirigidos en su mayoría a los ultrasur, acusados de provocar la violencia en las manifestaciones estudiantiles. Una larga pancarta azul decía: "Maravall, madridista" y algunos mensajes olían a amenazas violentas. Todo acabó ahí, porque el partido dio tan poco de sí que la Demencia acabó tan apática como su equipo.

Así que el encuentro se quedó en anécdotas. El esperado duelo Spriggs-Russell terminó a favor del primero. Dio la sensación de que Spriggs asustó a Russell en un par de acciones, tomando la posición con decisión y anotando, porque en la defensa no se esmeró como para que el jugador estudiantil terminara haciendo su peor partido de la temporada. Pero Spriggs buscó algunas frivolidades, dado que el encuentro estaba claro, y ahí volvió a navegar. Espectacular fue, eso sí, pero ineficaz. Lo mejor lo hace cuando no busca el brillo.

El partido sirvió para que se estrenara Ruiz Paz como titular y, desde luego, ha demostrado ser superior en mentalidad a otros bases jóvenes como Velasco o Carbonell.

Luego, ya en la segunda parte, el joven Cargol dispuso de sus primeros 15 minutos de juego. Tenía cara de despistado, pero engañaba un tanto puesto que cogió rebotes, acompañó bien el contraataque y propinó un espectacular tapón a Pinone que levantó una ovación. Cargol lucha y eso es buena señal para quien aspira a rebotear algún día.

El Estudiantes quedó en nada, desfigurado, desvirtuado. Gil corrió poco, Russell intervino a cuentagotas y Pinone navegó en desaciertos. Sin columna vertebral y sin espíritu, el Estudiantes terminó jugando con sus nacionales más jóvenes. Hizo de comparsa. Y el Estudiantes de comparsa es un equipo que divierte bastante menos, que da una imagen de poca cosa. Es un equipo impropio.

El partido terminó entre una indefinición general. El Madrid se apuntaba una victoria holgada que no estaba en consonancia con un gran juego y el Estudiantes recibía una paliza gratuita de su rival de enfrente. En medio, estaba Spriggs.

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