La moneda española se encuentra muy cerca del tipo de cambio de la devaluación de 1982

El dólar volvió a conocer ayer una jornada a la baja que ha provocado cierto nerviosismo en los medios económicos de los países industrializados. El tipo de cambio frente al yen rebasó hacia abajo, aunque de forma momentánea, la barrera de los 150 yenes. En Madrid cambió a 128,101 pesetas, muy cerca ya de¡ nivel al que quedó establecida la paridad de la peseta cuando, el 4 de diciembre de 1982, el Gobierno socialista devaluó la divisa española. El Banco de la República Federal de Alemania reconoció ayer la posibilidad de bajar los tipos de interés para frenar la escalada del marco.

La baja del dólar en los mercados internacionales de cambios fue general y los expertos consideran que se puede mantener esta tendencia a menos que los países con mayor excedente en la balanza comercial tomen medidas de bajas de tipos de interés.De otra forma, se piensa, la divisa de Estados Unidos volverá a entrar en la senda de la depreciación como fórmula para equilibrar el valor de sus exportaciones y de las compras de productos extranjeros.

En el mercado de Madrid el dólar conoció el mínimo del año, superando apenas las 128 pesetas, lo que supone 50 céntimos más que el día en que el recién nombrado primer Gobierno socialista devaluó la peseta e inició un plan de ajuste de la economía española. Era el 4 de dicierribre de 1982 y el entonces ministro de Economía, Miguel Boyer, anunció una,devaluación de la peseta del 8%, quedandc establecida la paridad con el dólar en 127,66 pesetas.

Pérdida de competitividad

El dólar viene conociendo una bajada en su tipo de cambio continuada desde hace casi dos años, cuando llegó a colocarse por encima de las 190 pesetas. A partir de esa cifra, la caída ha sido así ininterrumpida. En enero de 1985 el cambio estaba en casi 153 pesetas por dólar y un año después ha perdido 23 pesetas más.

La subida del yen en relación con el dólar provocó ayer un verdadero temporal en los medios económicos y políticos japoneses, cuyo temor se centra en una pérdida de competitividad de los productos nipones en los mercados internacionales y en el estadounidense en particular, informa Ramón Vilaró desde Tokio.

El dólar cayó ayer en picado en el mercado de Tokio, cerrando al nivel más bajo de su historia con 150,40 yenes por dólar, contra 153,10 el pasado viernes. Durante la jornada del lunes el dólar superó incluso la barrera simbólica de 150, cotizándose durante un tiempo a 149,98 yenes por dólar.

¿Cuál será la barrera de la relación yen-dólar? Tal es la pregunta que se plantean todos los medios económicos y políticos de Japón ante el temor de que el dólar siga bajando. Las opiniones del senador norteamericano por Texas y presidente del Comité de Finanzas del Senado de EE UU, Lloyd Bentsen, de que el dólar debería bajar hasta una relación de 120 o 125 yenes por un dólar, cayó como una verdadera bomba entre los japoneses.Para los analistas financieros japoneses, la caída del dólar se debe al fuerte déficit de la balanza comercial norteamericana. Mientras que, por el contrario, Japón anunció la semana pasada un superávit histórico de más de 82.000 millones de dólares de beneficios.

En opinión del ministro japonés de Finanzas, Kiichi Miyazawa, el "dólar está subdevaluado" y debería subir en relación con el yen. Punto de vista que comparte igualmente el ministro de Comercio e Industria, Hachime Tamura, quien sitúa una barrera mínima de relación dólar-yen entre 160 y 180 yenes por cada dólar.

La reacción en la calle, recogida por la televisión estatal japonesa NHK, es de inquietud entre los japoneses, que temen que un encarecimiento de sus productos a la exportación.

El dólar cambió ayer a 1,5175 francos suizos mientras en Londres lo hacía a 0.6531 libras. Frente al franco francés cotizó a 6,06 francos y a algo menos de 1.291 liras.

Por otra parte, la Bolsa de Nueva York volvió a registrar un nuevo récord, al cerrar con un índice del 2.102,5. El Dow Jones, confeccionado con los más importantes valores industriales, subió 25,87 puntos, continuando la corriente ininterrumpida de ganancias experimentada desde primeros de año.