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María Kodama,

viuda de Borges, que el miércoles habló ante un aforo abarrotado en la Biblioteca Nacional de Madrid sobre la influencia oriental en Borges, se encontró convertida el jueves en conferenciante improvisada, en el mismo lugar, al reemplazar a Jean-Pierre Verney, experto borgiano que había de disertar sobre la milonga y el tango en el escritor, y que quedó atrapado por la nieve en el tren de París durante 26 horas. Kodama contó la vez en que un tigre amaestrado se hizo amigo del escritor en Buenos Aires, explicó que su afición a la milonga y el tango venía de su culto al valor, y contó que pasaban muchas tardes juntos especulando con etimologías de palabras con el mismo placer que dan los viajes.

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