_
_
_
_

Un hombre resulta ileso tras caer a un pozo de 15 metros de profundidad

Juan Antonio Carbajo

Rufo Navas Calderón, de 21 años, permaneció la mañana del martes pasado cerca de cuatro horas dentro de un pozo de 15 metros de profundidad, apoyado en una tabla y con más de medio cuerpo sumergido en agua. Las últimas lluvias hablan reblandecido el terreno y dejaron al descubierto, bajo sus pies, un pozo artesano que estaba tapado con maderas y un metro de tierra, en una zona poco transitada de Móstoles.

Rufo Navas, un hombre de carácter tranquilo, mediana estatura y algo grueso, se dirigía por el campo, a las afueras de Móstoles, hacia un almacén de droguería en el que está empleado su hermano, en busca de trabajo. "En ese momento", cuenta, "el suelo cedió y caí directamente al agua. En seguida busqué con los pies algo para poder apoyarme y empecé a pedir auxilio".Un tablón de madera permitió a Rufo mantener medio pecho y la cabeza fuera del agua que inundaba este antiguo pozo artesano situado en una zona de poco tránsito, por lo que sus gritos de auxilio se perdían en el aire. Rufo no podía hacer nada porque temía que cualquier movimiento podía provocar un nuevo desprendimiento.

Cuatro horas después, sobre las 12.30, acertó a pasar por la zona un jubilado que elige siempre ese camino para su paseo. Fue él quien avisó a los bomberos.

Cuando llegaron los bomberos las bajas temperaturas habían casi acabado con su resistencia física. "Yo ya no sentía las piernas", explica ahora Rufo con tranquilidad, "sí, tranquilo, porque al final no me pasó nada".

Los bomberos tuvieron dificultades para las operaciones de rescate ya que no se pudieron acercar al pozo por temor a un auevo desprendimiento, por ello optaron por extender la escala del camión perpendicular sobre el pozo y desplegar desde allí una larga cuerda. Uno de los bomberos descendió por ella para ayudar a atarse a Rufo: "Tenía medio cuerpo aterido de frío y apenas podía moverme", dice.

En el hospital, no se le apreció ninguna lesión de importancia a excepción de los arañazos y magulladuras por la caída.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_