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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

"Mi nombre es Elia Kazan"

Hay en la obra de Elia Kazan, desde que realizó su primera película en 1945, una zona oculta un nebuloso temblor lírico de origen impreciso, que choca con el esfuerzo de exterioridad de relatos que formalmente pertenecen al realismo social que floreció en Estados Unidos durante el período de entreguerras, que es el de los años de aprendizaje de Kazan en los viveros del teatro neoyorquino de la izquierda.Da la impresión de que bajo esta búsqueda de objetividad se esconde en los primeros filmes de Kazan una subjetividad que compite con aquélla, y que de esta competición entre pulsiones contrarias nacen las acusadas peculiaridades del estilo del cineasta.

Tras la exterioridad de sus obras, Kazan agazapa una mirada intimista, un poderoso yo que pugna por salir detrás del tú dominante, como si este tú fuera cobertura de una pasión inhibida por contar el interior del narrador.

Entre 1945 y 1954 Kazan realizó una docena de filmes. Es éste el almacén de ese ahogamiento de una subjetividad que pugna por salir de sí misma. En Al este del Edén, el yo explícito de Kazan -ya incipiente en algunos pasajes de La ley del silencio- comienza a asomar. En Baby Doll y Un rostro en la multitud vuelve en parte a ocultarse. En sus Río salvaje y Esplendor en la yerba Kazan recupera intensificada la tonalidad lírica. Y en América, América y El compromiso, culminación de su obra, esa tonalidad lírica secreta deja de serlo y estalla, Inundando el tejido de la racionalidad del filme.

No puede, con estos antecedentes, ser casual que América, América comience con un explícito: "Mi nombre es Elia Kazan". La frase estalla como una especie de foco de luz retrospectiva, que ilurnina toda la obra precedente de este extraordinario y compulsivo cineasta.

El lírico que escondía su necesidad de expresión personal en los recovecos de la aventura social y psíquica ajena asume por fin su palabra y habla de sí mismo, del pozo de su procedencia y de sus huellas hacia el presente de su país de adopción. Y hace en América, América una autobiografía elíptica, a través del relato de la dramática aventura de la emigración a Estados Unidos de un pariente suyo, cuyos orígenes cuenta en este filme y cuyas consecuencias dan lugar al siguiente, El compromiso.

Filme bautismal

América, América es, por ello, y al mismo tiempo, un filme bautismal y testamentario: el origen concebido como final. De ahí la densidad de este estremecedor relato, filmado en negativo sanguíneo, buceo de un obsesivo explorador de sí mismo en los signos esenciales de su identidad. No es raro, por ello, que América, América sea un monumento de lirismo, obra de plena madurez de un cineasta que ofrece rasgos de ancianidad prematura, dotada de ese sello de luz y despojamiento, de capacidad para ir al grano, que sólo los viejos adquieren cuando perciben que están en la recta final y les queda poco tiempo para poder cerrar su boca sin que se hayan quedado mordidos en los dientes los hilos que movieron su vida.América, América, realizada en 1964, es una de las obras mayores del cine norteamericano de su tiempo y de todos los tiempos. Desparramada y contenida al mismo tiempo, su huella única, tal vez irrepetible, es un hito de la historia del cine moderno. Es América, América una obra delicada y magistral, tierna y volcánica, jugosa y pesimista, que sólo un temperamento expansivo largo tiempo encerrado a la fuerza en si mismo podía expulsar así de verazmente, como se expulsa la propia vida, vaciándose en el esfuerzo sublime de contarla.

América, América se emite hoy, a las 21.05, por TVE-1.

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