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El Parlamento Europeo inicia el debate del presupuesto comunitario para 1987

El Consejo de Ministros de Hacienda de los doce y el Parlamento Europeo iniciaron ayer por la tarde en Estrasburgo un maratónico tira y afloja para aprobar el presupuesto de unos 36.000 millones de ECU (unidad de cuenta europea, equivalente a 140 pesetas) de la Comunidad Europea (CE) en 1987.

Las divergencias entre las dos ramas de la autoridad presupuestaria de la CE se centran, en principio, tan sólo sobre la facultad para la Asamblea parlamentaria de poder añadir o restar 86 millones de ECU (unos 12.000 millones de pesetas), que representan el 0,23%. del gasto global previsto para el año próximo.Al margen de esta disputa, el Parlamento mantiene sus revindicaciones sobre la necesaria adopción de medidas drásticas para reducir los costosos excedentes agrícolas, sobre todo lácteos, y, en menor medida, del ambicioso programa de investigación comunitaria de 1,08 billones de pesetas sobre el que los ministros del ramo no lograron alcanzar un compromiso ayer de madrugada.

Pero, en contra de lo que parecía poder suceder en noviembre, la aprobación de iniciativas tendentes a resolver estas dos cuestiones no es ya, según declaró el francés Jean Pierre Cot, presidente la comisión presupuestaria, "una condición previa" a la obtención de un acuerdo sobre los gastos de la Comunidad para 1987.

Parece evidente, a la postre, que el presidente de la Asamblea, el francés Pierre Pflimlin, y sus eurodiputados sólo quisieron con sus amenazas hacer hincapié en la urgente necesidad de disminuir cuanto antes una producción agrícola excedentaria y responsable en gran parte del probable déficit de 4.000 millones de ECU de la CE el año próximo.

La creación por los titulares de Hacienda en su precedente encuentro de una línea de crédito, carente por ahora de fondos, para contribuir a solucionar este problema y la última reunión de tres días de duración de los responsables de la Europa verde han bastado aparentemente para apaciguar a los parlamentarios de Estrasburgo.

En su segunda lectura, la comisión encabezada por Cot incrementó en 148 millones de ECU -hasta alcanzar un presupuesto de 36.397 millones de ECU- los gastos para 1987 anteriormente aprobados por el Consejo ministerial de Hacienda cuyo actual presidente, el ministro británico del Tesoro, Peter Brooke, considera que el Parlamento ha excedido sus poderes porque sólo podía aumentarlo en 62 millones. La diferencia es de 86 millones.

En busca del compromiso

Si los titulares de Hacienda flexibilizan su postura, las dos ramas de la autoridad presupuestaria deberían lograr un compromiso sobre un aumento entre los 148 millones pedidos por la Asamblea y los 62 millones deseados por los ministros. De los contrario puede producirse una crisis similar a la del año pasado.

Los dos principales grupos parlamentarios, el socialista y el democristiano, han proclamado su intención de votar entonces un presupuesto no pactado mientras los eurodiputados liberales, gaullistas y conservadores británicos se muestran reacios a enfrentarse nuevamente con los ministros y dificultar o incluso paralizar así el funcionamiento de las instituciones comunitarias.

Hasta que se supere la divergencia, la Comunidad debería en este caso funcionar en base a su presupuesto del año anterior y la escasez de recursos no afectaría entonces tanto a la política agrícola sino a otros sectores que, paradojicamente, los eurodiputados consideran prioritarios como las ayudas estructurales, tendentes a atenuar las diferencias de desarrollo entre regiones ricas y pobres, y la investigación.

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