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Los sindicatos polacos intentan demostrar su autonomía

"Somos los mismos pero no iguales". Éste podría haber sido el lema del primer congreso de los nuevos sindicatos polacos, que concluyó el pasado fin de semana en Varsovia, cinco años después de la prohibición de los sindicatos independientes Solidaridad. En el palacio de Cultura de la capital polaca, 1.480 delegados de los siete millones de afiliados que asegura tener el Entendimiento Sindical de Toda Polonia (OPZZ) centraron durante cuatro días sus esfuerzos en demostrar que no son una simple correa de transmisión del régimen.Pese a que rechaza expresamente el "pluralismo político en el sentido occidental, que supone división, fraccionamiento y desintegración", como anunció la dirección del sindicato antes del congreso, el OPZZ se considera heredero de las conquistas logradas en el breve periodo del sindicalismo libre en Polonia en 1980 y 1981.

Tanto los debates (en parte muy críticos) y las resoluciones aprobadas como la elección de la dirección del sindicato han demostrado que, después de Solidaridad, un sindicato en Polonia, aunque cuente con el beneplácito del régimen, no puede ya actuar con la obediencia ciega al partido comunista que caracteriza las relaciones sindicato-partido en la mayoría de los países del bloque socialista.

El presidente del sindicato, Alfred Miodowicz, tuvo que pagar con una fuerte pérdida de apoyo el haber sido elegido miembro del buró político del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP, comunista) en el congreso del pasado mes de Junio. Tan sólo fue votado por el 61% de los delegados. El 27% se abstuvo, y el 12% votó en su contra. Éste es un resultado impensable en cualquier otra organización sindical de un país socialista, y demuestra que gran parte de los miembros del OPZZ desaprueban abiertamente una vinculación directa con el partido comunista.

Parte del sistema

Tanto el jefe del Estado y del POUP, Wojciech Jaruzelski, como el primer ministro, Zbigniew Messner, insistieron en que los sindicatos son parte integrante del sistema comunista. Sin embargo, ambos dejaron entrever en sus discursos ante el congreso que también esperan posturas críticas de los sindicatos. Esta crítica es imprescindible para establecer una credibilidad de los sindicatos OPZZ entre los trabajadores que, todavía durante mucho tiempo, medirán la actuación de estos con el baremo de Solidaridad.En su congreso los nuevos sindicatos se pronunciaron, por ejemplo, a favor de la congelación de los precios de productos alimenticios, revindicación que, a buen seguro, el economista Messner no podrá atender, dada la situación económica global del país.

Internacionalmente, el OPZZ mantiene su esperanza de ser admitido en la Organización Internacional de Trabajo, pero reconoce aún que existen "muchas dificultades".

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