Los héroes del Mundial, en el campeonato universitario de EE UU
Los muchachos que una noche de julio se abrazaban, alborozados, en la pista del tórrido Palacio de Deportes madrileño no eran ni Michael Jordan, ni Larry Bird, ni Dominique Wilkins. Eran unos desconocidos universitarios que esta semana vuelven a la competición en Estados Unidos. Celebraban su título mundial ganado a la Unión Soviética y a todo lo mejor que el baloncesto mundial puede ofrecer. La pasión informativa que ha rodeado desde hace un mes el inicio de la temporada profesional norteamericana ha hecho olvidar a los héroes del verano.
En su día se dijo precisamente que eran unos modestos jugadores los que habían humillado a los soviéticos y yugoslavos, entre otros. Desde luego, el Mundial sirvió para colocar muchas reputaciones en su sitio y para hacer temblar a los europeos ante la perspectiva de tener que jugar contra los mejores, los de la NBA, algún día. (Eso fue, más o menos, lo que le sucedió a España en Los Angeles, donde los rivales olímpicos sí que parecían una joven selección de la NBA.) Sin embargo, la tendencia a menospreciar el equipo que ganó el Mundial queda rebatida por la revalorización de sus miembros, ante la nueva temporada, en la opinión de la Prensa americana.El pivot de la universidad de Pittsburgo, Charlie Smith (2,08), y el minúsculo base de Wake Forest, Tyrone Muggsy Bogues, han sido los más beneficiados por su éxito español. Ahora se considera que incluso Bogues (1,59 metros) podría tener una opción a jugar en la NBA. En cuanto a Derrick McKey (2,05), de Alabama, sujuego en España le ha propulsado al estrellato.
Fundamentos y tácticas
Pese a sus muchos problemas, el baloncesto universitario americano sigue siendo el más sanamente apasionado del mundo, el gran crisol donde se hacen los fundamentos y las tácticas que, después, se imponen en el profesional y en el internacional.Sin embargo, la temporada 1986-1987 empieza con el doble lastre de la trágica muerte, en junio pasado, de Len Bias, que ilustró la extensión de la droga en el baloncesto universitario, y de los múltiples escándalos por fichajes ilegales y sueldos encubiertos para jugadores
Dentro y fuera de la cancha, esta temporada aporta dos novedades. Una es el tiro de tres puntos, desde la insuficiente distancia de 6,02 metros, que ya ha producido la inesperada derrota, por tiro de Kenny Drummond (1,78) en el último segundo, de la Academia Naval (el equipo de David Robinson, el pivot mundialista de 2,11, que ahora dice medir 2,15... ) frente a North Carolina State, en el primer partido de ambos. La otra es la famosa proposición 48, por la que se endurecen los criterios académicos de entrada en la universidad, con lo que muchos jóvenes fenómenos, en general, negros procedentes de los guetos menos favorecidos, van a quedarse un año sin jugar.
El campeón de 1986, Louisville, ha perdido a tres titulares, incluido el brillante base-escolta Milt Wagner (1,96), que sorprendentemente no ha logrado acomodo en la NBA y espera en la liga semiprofesional CBA una oportunidad..., quizá en el baloncesto europeo. El entrenador Denny Crum siempre tiene, sin embargo, el banquillo repleto de jóvenes pura sangres, y también sigue su pivot titular, Pervis Ellison (2,07), con lo que no se puede descartar a los Cardenales, apodo que no tiene nada de religioso, sino que es el nombre de un pájaro.
Pero, como nadie destaca demasiado, en este río revuelto de buenos equipos de parecidos potenciales, los pronosticadores han hecho lo que siempre: decantarse por North Carolina y Dean Smith, aunque éste sólo ha ganado un título nacional en su vida. El escolta mundialista Kenny Smith (1,90) es su figura junto al ala-pivot Joe Wolf (2,08).
Pero no hay este año grandes figuras indiscutibles, como tampoco las hubo el año pasado, y se hace difícil vaticinar cuando cada día está más demostrado que equipos supuestamente modestos de ligas deconocidas eliminan, en marzo, a las potencias tradicionales. Sí hay acuerdo en designar como los cinco mejores, antes de empezar el juego, a los mundialistas K. Smith y Robinson junto a los seleccionados -pero apartados del Mundial por sendas lesiones- Reggie Williams (2,01), de Georgetown, y Danny Manning (2,09), de Kansas, y al campeón olímpico Steve Alford (1,88), el base de Indiana que rechazó el verano pasado su selección.
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