225 años haciendo municiones
E. C.La fábrica nacional de armas Santa Bárbara ha ido ampliando su ámbito de producción desde que en 1761 fuera fundada por el rey Carlos III para perpetuar el tradicional renombre de las espadas toledanas. Actualmente, en este centro, que tiene, pues, una antigüedad de 225 años, se fabrican distintos tipos de municiones.
La planta de Toledo elabora cartuchería para armas cortas, artificios como espoletas y estopines de los que se utilizan en los disparos de artillería, explosivos comprimidos para usos militares y armas blancas, todo ello para consumo nacional, aunque buena cantidad del material se vende al exterior. Los países árabes vienen siendo los mejores clientes de la fábrica nacional de Santa Bárbara.
Plan estratégico
Actualmente, y debido a los problemas de expansión de mercado, se está elaborando un plan estratégico para predecir el futuro de la empresa a corto, medio y largo plazo. Este plan será entregado al Instituto Nacional de Industria (INI) antes de finales de año.
Además, existe un estudio de una empresa consultora americana en el que se recoge la necesidad de reducir plantilla hasta en un 50%, hecho éste que viene provocando una inseguridad entre los trabajadores, quienes consideran que no es ésta la solución.
La fábrica ocupa una extensión de unos 300.000 metros cuadrados y cuenta con talleres de cartuchería de guerra para fusil, armas blancas, herramientas, máquinas diversas, instrumental quirúrgico, objetos artísticos, con trabajos de cincelado, repujado, damasquinado, grabado y esmaltado.
Muchas de estas secciones han desaparecido y se han ido adaptando a las necesidades actuales.
Desde el primer momento la fábrica supo hacer compatible su progreso bélico con la conservación de las tradiciones heredadas de los famosos armeros de Toledo.
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