"Se rompió la maldición"
"Se rompió la maldición", aseguró ayer uno de los agentes del Grupo de Homicidios de Madrid al referirse a la detención de Manuel Ramírez Barragán, presunto autor del homicidio de Ángel García Alija, en el que aparece como uno de los factores del crimen la homosexualidad de la víctima.Antes de que este caso se resolviera, los homicidios en los círculos gay de la ciudad se habían convertido en la asignatura pendiente o la bestia negra para la policía. En lo que va de año se habían producido tres casos similares y ninguno había sido resuelto. Los agentes alegan que la prostitución masculina, en contra de lo que ocurre con la femenina, no está controlada ni existen ficheros que permitan identificar a los sospechosos.
Dificulta aún más las investigaciones el hecho de que muchos de los extranjeros que ejercen la prostitución en Madrid -entre los que hay mayoría de libaneses y portugueses- se encuentran en el país en situación ilegal, según la misma fuente.
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