El Gobierno estudia bajar los gases industriales y los fueles
La baja del precio del gas argelino, tercera que se produce en el año, ha incrementado las presiones para que el Gobierno reduzca los precios de los combustibles industriales, fundamentalmente fueles y gases canalizados. El nuevo precio argelino se sitúa en 1,9526 dólares por millón de BTU (british thennical unit) y es, aproximadamente, un 15% inferior al precio del anterior trimestre. Según fuentes oficiosas, es previsible que el Gobierno haga coincidir la baja de los carburantes industriales con el previsto sobre las gasolinas.La decisión argelina tiene vigencia desde el primero de octubre, y fue acordada en contactos mantenidos en Argel por el director general de Enagas, Elías Velasco, y representantes de la empresa argelina Sonatrach. Argelia decidió traspasar a España, en virtud de la cláusula de nación más favorecida que figura en el contrato del gas, las mismas condiciones en precios que ha obtenido la empresa Gaz de France.
Según fuentes industriales, el Gobierno tiene ahora una magnífica ocasión para pasar a los consumidores, fundamentalmente industriales, las ventajas que reporta este nuevo precio y disminuir así las expectativas inflacionistas.
Baja el gas argelino
La baja del precio del gas llevaría aparejada, según las mismas fuentes, la reducción de las tarifas de los fueles industriales, a los que, según las fórmulas de precios pactadas con las empresas distribuidoras de gas, está indiciado en parte.Los precios de los fueles industriales se redujeron a principios de verano, aunque ahora están todavía por encima de la media europea. Tan sólo Francia, en la Europa comunitaria, mantiene el precio del fuel por encima de España.
El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, en su intervención en la APD, no descartó una modificación de los precios de los carburantes en un futuro próximo. Solchaga, sin embargo, no matizó si esta previsible baja afectará sólo a las gasolinas o a los carburantes industriales.
Expertos del sector energético argumentan, sin embargo, que si el Ministerio de Econoinía persigue colocar bajo control la inflación, o impedir que el IPC repita las subidas de los últimos meses, su objetivo se vería mejor cumplido con una actuación sobre las tarifas industriales de los carburantes, en lugar de actuar exclusivamente sobre las gasolinas y gasóleos de automoción. Con todo, fuentes oficiales guardaban silencio sobre las intenciones gubemamentales.
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