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Josep Vargas

Un joven valenciano de 27 años busca ayuda para crear Médicos sin Fronteras en España

Josep Vargas, un médico valenciano de 27 años especializado en salud pública, está recorriendo muchos despachos en las últimas semanas para constituir en España la asociación Médicos sin Fronteras (MSF), creada en 1900 en Suiza, con el objeto de ayudar desinteresadamente a países en situación de emergencia. "Buscamos a todas aquellas personas que quieran practicar una medicina integral", dice Vargas, "y no sólo expedir recetas a los enfermos durante tres horas al día", asegura.

"Lo que nos diferencia de otras organizaciones semejantes es nuestro carácter aconfesional y apolítico y nuestra capacidad de responder ágilmente allí donde sea necesario" añade este médico, que tomó contacto con MSF harto de enviar cartas a organismos de cooperación internacional. "Al acabar la carrera quería conocer otros países y envié mi curriculum a entidades, embajadas e incluso al Instituto de Cooperación Iberoamericana", señala Vargas, "pero nadie me contestó. Cansado, me fui a París a estudiar y vi en una guía lo que era MSF... Al cabo de seis meses estaba en Chad".De su estancia allí, y después en Malí y Nicaragua, Vargas ha sacado el convencimiento de la necesidad del trabajo que hace MSF: "A nosotros no nos guían motivaciones políticas. Intentando en Chad mitigar la malnutrición o curando a heridos de guerra en Nicaragua te das cuenta de que ayudar a un pueblo no tiene color político". En la actualidad una. docena de médicos españoles trabajan en proyectos de MISF, desde Perú hasta Etiopía.

Vargas está llamando ahora a muchas puertas para conseguir ayuda para poner en marcha MSF en España, que inicialmente tendrá la sede en Barcelona. Por una parte, su llamamiento se dirige a médicos, enfermeros y profesionales sanitarios, aunque también son bien recibidos otros profesionales, desde ingenieros hasta administrativos.

"Buscamos médicos altruistas que quieran practicar una medicina integral, desde la preventiva hasta la curativa, y no sólo rellenar recetas tres horas al día; gente que quiera hacer algo positivo, aunque sea sin ánimo de lucro y muchas veces sin comodidades ni bienestar".

Además, Vargas lucha, infructuosamente por ahora, por conseguir ayuda económica, más allá de la que esperan les será concedida por la CEE, que ya canaliza a través de los grupos de MSF en Francia, Bélgica y Holanda muchas ayudas a países del Tercer Mundo.

El presupuesto de MSF se nutre mayoritariamente de aportaciones particulares, y en menor medida de los Gobiernos, y de entidades públicas. "Aquí tropezamos con la falta de costumbre del pueblo español, que es muy escéptico sobre el uso de donativos, y también con las dificultades de Hacienda, que no desgrava las donaciones altruistas", explica Josep Vargas, que por ahora sólo exhibe una sencilla tarjeta donde pone: "MSF, presidente, teléfono 93 / 250 15 71".

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