El dinero responde bien al reto realizador
La sesión de cierre ha supuesto uno de los duelos más interesantes entre papel y dinero que se han podido ver últimamente en los mercados de valores. El avance de más de ocho puntos que ofrecía el índice general del mercado madrileño antes del inicio de la sesión parecía ser motivo más que suficiente para proceder a una rápida toma de beneficios, actitud que observaron escrupulosamente muchos de los asistentes y que dio lugar a un importante volumen de ventas en la mayor parte de los sectores del mercado. La sorpresa ha estado a cargo de la capacidad de absorción de los compradores, que procedieron a tomar casi todo lo que se les ofrecía y a unos precios que, a juzgar por la opinión mayoritaria a la hora del cierre, eran ventajosos. El resultado de estas dos formas de ver el futuro a corto y medio plazo fue una sesión que, al nivel de los índices generales, deja las cosas prácticamente como estaban, esto es, todos los mercados por encima del 20,0% y con unas variaciones poco significativas.A nivel sectorial las cosas fueron muy diferentes, pues los resultados positivos estuvieron a cargo de tres grupos, alimentación, construcción y varios, mientras que los pilares del mercado se dedicaron a aprovechar las circunstancias para descansar del esfuerzo realizado a lo largo de la semana. Los mayores recortes se acumularon en los grupos, químico y siderúrgico.
Los factores que están teniendo alguna incidencia en la evolución de los mercados de valores y en las expectativas a medio plazo tienen mucho que ver con la capacidad de selección de que están haciendo gala los inversionistas, y así banca, electricidad y comunicaciones mantienen una discreta espera en la que los rumores sobre futuras ampliaciones van generando algunos nervios, al tiempo que es el grupo de inmobiliarias y constructoras el que recibe los mejores frutos de la situación. Las expectativas, cada vez más firmes, sobre una reducción de los tipos de interés y los escasos alicientes con que va a contar la inversión el año próximo -al menos en el terreno fiscal- están orientando a una buena parte del dinero hacia este sector, diseñando así una alternativa al riesgo, siempre difícil de medir, de la renta variable. La mañana resultó muy animada, gracias a las diferentes expectativas que iban despertando los resultados de cada sector. Los altibajos de los valores eléctricos fueron capaces de descolocar a muchos de los que ven en los primeros compases de la sesión un dato fiable sobre el resultado final, aunque las correcciones de algunos valores industriales, cementeros e inmobiliarios ya pusieron de manifiesto la presencia de importantes volúmenes de dinero dispuestos a tomar posiciones en valores concretos. El proceso de selección que ya se había iniciado en las sesiones precedentes alcanzó mayores proporciones, haciendo que la calma habitual con que aparecen los cambios de los valores bancarios aumentase considerablemente la incertidumbre del resultado final.
Los siete grandes recibieron el apoyo de la demanda, mejorando sustancialmente el número de títulos que no pudieron obtener contrapartida vendedora, al tiempo que el volumen ejecutado volvió a situarse cerca de los 400.000 títulos.
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