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150.000 personas participan en una romería tradicional de Torremolinos

Torremolinos, ciudad cosmopolita, corazón de la Costa del Sol, volvió ayer a recordar sus orígenes, a sentirse pueblo y a participar de sus tradiciones. Ciento cincuenta mil personas participaron en la romería de la feria de San Miguel, patrono de este feudo turístico plagado de apartamentos, hoteles, hostales, pensiones, discotecas, pubs, restaurantes e innumerables atracciones más.

Han pasado muchos años desde que la barriada de Málaga era un pequeño pueblecito con apenas 1.000 habitantes, repleto de molinos y casitas de pescadores. Han pasado siglos si comparamos la infraestructura y modos de vivir de Torremolinos y sus habitantes en 1940 con los de ahora. Prácticamente, el único nexo de unión entre aquéllos y estos puede que sea su patrono, San Miguel, y su romería, declarada como fiesta de interés turístico internacional, en la que se conjuga lo posmoderno y lo clásico, lo original y lo de siempre. Es la misma mezcla que hay en esta barriada que antaño fue pueblo y ahora es ciudad. Una ciudad que en verano se convierte en una especie de torre de Babel con 200.000 personas que ya no vienen en busca de los típicos molinos ni de sus aguas curativas. Ahora se busca el sol, la playa y la diversión. La ciudad de Torremolinos está abierta las 24 horas del día.

Despegue turístico

Han pasado muchos años también desde que en 1942 se diera el primer paso dentro del mundo turístico al crearse un hotel pionero en la zona, avanzadilla de la proliferación que vendría después.Entonces, como ahora, la romería llegaba todos los años como culminación de las fiestas. Pero entonces eran 500 o 1.000 vecinos los que participaban y ahora son 150.000 personas, distintas todas ellas, de países y lenguas diversos, pero que, en el fondo, tienen en común que viven, temporal o permanentemente, en Torremolinos.

Ayer, en un radio de 500 metros,se conjugaron el caballo engalanado, la carreta de bueyes, la variopinta estampa de los extranjeros vestidos con trajes típicos, los trajes camperos, los faralaes, las guitarras y castañuelas, con el top-less, los biquinis y los trajes de baño, última moda o línea clásica.

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