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Florencio Campomanes, la tercera estrella del tablero

Leontxo García

Pocos organismos deportivos tienen un presidente casi tan famoso como el campeón del mundo. Sin embargo, es difícil que una crónica sobre ajedrez no incluya el nombre del filipino Florencio Campomanes, presidente de la Federación Internacional (FIDE). A sus 59 años, este polémico personaje derrocha inteligencia, carisma, diplomacia y autoritarismo. Para unos es un dictador. Otros aplauden hasta su silencio."Mientras nuestros enemigos duermen, nosotros trabajamos", es una frase que Florencio Campomanes repite cuando, de madrugada, se reúne con sus más estrechos colaborabores en cualquier parte del mundo. El ajedrez es su pasión y el avión su segunda casa. Su definición del deporte del tablero es la siguiente: "Una religión extendida por 124 países que he visitado en su mayoría".

Se puede decir que los viajes fueron su escuela: "Cuando algunos de Ios actuales opositores aún no habían nacido, yo ya estaba viajando porque mi familia tenía plata", afirma en un castellano casi perfecto. No obstante, considera que su dominio de la oratoria y el protocolo provienen de la adolescencia: "Tuve 11 años dé educación benedictina. Entonces aprendí latín y otras cosas muy útiles, como el ajedrez". Después fue profesor de estudios orientales en la universidad de Georgetown (Es tados Unidos) para sumergirse a continuación en el complicado mundo de las 64 casillas, en el que ha sido jugador, árbitro, organizador, periodista y directivo. Está casado y tiene cuatro hijos.

El presidente de la Federación Internacional de Ajedrez nunca ha negado su gran amistad con el soviético Anatoli Karpov, el anterior campeón del mundo. Muchos le acusaron de favorecerle cuando adoptó la polémica decisión de cancelar sin vencedor el primer encuentro Karpov-Kasparov, en febrero del año pasado. Pero él insiste una y otra vez en que su conciencia está tranquila: "Tomé la mejor decisión para salvaguardar la salud física y mental de los jugadores, que estaban agotados trás cinco meses de lucha. Los hechos demuestran que mi salomónica decisión de dividir ahora el encuentro entre Londres y Leningrado fue acertada. Además, contribuyó a popularizar el ajedrez".

En noviembre, en Dubai, habrá elecciones para la presidencia. Campomanes se enfrentará al brasileño Lincoln Lucena, apoyado moralmente por Kasparov y económicamente por varios empresarios europeos y americanos. El actual presidente se presentará a la reelección: "Soy un amante del ajedrez y, con humildad, creo que tengo un importante trabajo que realizar en los próximos años".

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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